bilbao - Muñoz mantiene un discurso muy crítico hacia el Gobierno Vasco y se queja de que ha pedido reuniones al lehendakari Iñigo Urkullu y a varias consejeras sin obtener respuesta. Sobre el próximo Gobierno de Nafarroa mantiene sus reservas y a Podemos le recuerda que “las cosas no se cambian solo llegando a las instituciones”.

El PIB vasco crecerá este año cerca del 3% y el paro vuelve a bajar en junio. ¿Ha pasado la crisis?

-La crisis se ha trasladado a las clases desfavorecidas. ELA trabaja para que el centro del debate sea el aumento de la desigualdad. Gobiernos, patronal y medios de comunicación hablan de crecimiento pero no hablan de desigualdad. La participación de los salarios en el reparto de la riqueza nunca ha sido tan baja como ahora.

La tesis es que, cuando se consolide la mejoría económica, aumentará la calidad del empleo.

-No, porque la crisis se ha utilizado para debilitar los instrumentos de reparto como la negociación colectiva, la fiscalidad y se ha privatizado lo público. Si no se cambia eso crecerá la desigualdad. Cuando la distribución es más justa hay más empleo y si los beneficios van solo a las rentas del capital el empleo cae.

La patronal dice que a final de año crecerá el empleo en la industria y las últimas inversiones anunciadas por ITP o Gestamp apuntan a ello.

-Me alegro de que haya inversiones pero creo que es más anécdota que norma general. La economía es muy especulativa y hay muy poca economía real. La inversión en I+D+i está cayendo a mínimos.

Esta semana decía que ELA seguirá apostando por el conflicto. Patronal y Gobierno Vasco ven ahí un obstáculo para atraer inversiones.

-En una sociedad tan desequilibrada que el Gobierno diga que la confrontación estorba tiene delito. Lo que estorba son las injusticias. No hemos encontrado otra alternativa que la organización y la lucha sindical y social. La gente tiene derecho a tener miedo, pero las organizaciones no tenemos derecho a perder las referencias de contrapoder.

El actual consejero de Empleo, Ángel Toña, y su predecesor, Juan María Aburto, han rechazado la reforma y los ajustes salariales pero, ¿qué margen tienen para pararla?

-Pues que no la apliquen y empiecen a negociar colectivamente en el ámbito público. El Gobierno Vasco tiene a sus empleados con seis años de congelación salarial. A una patronal predemocrática que plantea que se ilegalice a ELA y LAB el Gobierno le da su apoyo sin matices. Si al Gobierno le preocupa la dignidad laboral, ¿por qué no apuesta por la ILP que hemos llevado al Parlamento para mejorar las condiciones en la obra pública? ¿Por qué los gobiernos no hablan de dignidad en el empleo? No puede ser que de precariedad solo hable el Papa.

El rechazo sistemático de ELA al diálogo social no facilita la relación con el Gobierno Vasco.

-El diálogo social nació muerto y desde que se montó la mesa no ha salido nada de ahí. Quedamos con el Gobierno en cambiarnos información sobre salud laboral, formación y empleo. Nosotros enviamos documentos y ellos no nos mandaron nada. Montaron la mesa y no hubo más diálogo. El Gobierno traslada a la sociedad que ELA no habla con nadie pero es mentira. Hemos pedido en el último año una reunión al lehendakari, a la consejera de Industria y a la de Interior. Ninguno nos ha recibido.

¿No cambia nada la llegada de un perfil conciliador como el de Toña?

-El Gobierno tiene una política y los consejeros tienen la política de ese Gobierno al margen de talantes personales. Toña nos dijo que no podía cambiar la política fiscal, pero el lehendakari después de las elecciones ha dicho que va a liderar la armonización fiscal en las haciendas vascas. Ahora las tres diputaciones son del mismo partido. En Hego Euskal Herria hay un diferencial con Europa de 6.600 millones de euros de presión fiscal. Si aceptas el techo de gasto y no cambias a fondo la política fiscal los ajustes van a continuar.

Afirma que las empresas no pagan impuestos, ¿es para tanto?

-Las rentas empresariales en este país son las mas privilegiadas del Estado. Rajoy ha iniciado una reforma muy conservadora que beneficia a los más ricos. Cuando los ingresos fiscales crecen puedes bajar impuestos, pagar el déficit o atender necesidades sociales. Rajoy ha elegido bajar impuestos. ¿Qué van a hacer las haciendas vascas? ¿Van a hacer lo mismo y a bajarlos aún más? A la sociedad se le traslada que hay que seguir protegiendo a los empresarios, ¡pero si no pagan impuestos! Euskaltel ha pagado sobre sus beneficios el 10% y tiene un tipo nominal del 28%.

ELA es muy crítica con la salida a Bolsa de Euskaltel.

-Hablar de arraigo en empresas que venden su participación pública a fondos especulativos es muy fuerte. La foto de la salida a Bolsa es una foto de país reveladora. Los bonus revelan un modelo empresarial en el que el objetivo es trabajar sin escrúpulos para la rentabilidad del accionista. Se hacen externalizaciones, se congelan salarios y se hacen contratos miserables... En Euskaltel vemos por adelantado lo que quieren que sea Kutxabank -principal accionista de Euskaltel-. Quieren que termine saliendo a Bolsa.

Han llevado el caso de Euskaltel a la Fiscalía, ¿cómo explica ELA la existencia de delito?

-La historia de Euskaltel es la historia de un saqueo concertado a inversiones públicas. Se nos tiene que explicar por qué se regalan las acciones que tenía el Gobierno, por qué se vende a precio de saldo la red de fibra óptica. Desde que entran los fondos especulativos hace dos años no ha habido ninguna inversión que justifique la capitalización actual. ¿Por qué se renuncia a obtener los beneficios en sede pública? Algunas personas han estado en Kutxabank, en Euskaltel y han tenido conexión con los gobiernos. Tendrán que rendir cuentas de ciertas decisiones.

Volviendo a la situación laboral, en el Estado se ha firmado un pacto salarial con subidas del 1% para este año. ¿Por qué no es mejor que el 0,69% pactado en la CAV?

-Porque no es un 1%. Es una recomendación. La CEOE dice en una circular a sus organizaciones que interpreten de ese acuerdo lo que quieran. La negociación colectiva que nos interesa es la que tiene garantías. La subcontratación, la externalización, el fraude en la contratación... todo eso no lo limita ese acuerdo.

Tras anularse la cita del viernes, CCOO y UGT insisten en hablar con Confebask para traerlo a Euskadi.

-Las propias territoriales de Confebask han dicho que tienen libertad para hacer lo que les dé la gana, que las competencias de negociación colectiva las tienen ellas. El bloqueo a los convenios de sector lo ejercen las patronales territoriales. Esa reunión era un entretenimiento para intentar clonar un acuerdo del que la patronal puede interpretar lo que quiera. Para los trabajadores ese acuerdo será intrascendente.

Si se trasladan subidas del 1% a las mesas de sector, ¿ELA lo aceptará?

-El problema es que los convenios firmados no se cumplen. Los convenios de construcción no se aplican ni siquiera en la obra pública, ahí tienes Musikene en Donostia con salarios de 5 euros la hora doce horas al día, y de eso el Gobierno no dice nada. ELA firma convenios sectoriales y de empresa pero con garantías de cumplimiento y con cláusulas antirreforma.

Pero la estrategia de ELA deja a miles de asalariados sin convenio.

-Es que es un gran error pensar que firmados los convenios de sector la cobertura es grande. La unilateralidad empresarial predomina. ELA intenta hacer vía organizativa todo lo que puede para que la negociación colectiva sea un instrumento que responda a las necesidades de un mercado laboral muy precarizado. El vacío de la negociación colectiva no es consecuencia de la estrategia de ELA, es consecuencia de la reforma.

Otros sindicatos acusan a ELA de bloquear los convenios para afiliar.

-Que digan eso organizaciones que el 70% de su presupuesto viene del sector público es muy fuerte. La financiación mantiene cautivas a CCOO y UGT. En el acuerdo de Madrid aparece un artículo donde se dice que el Gobierno está dispuesto a hablar con patronal y sindicatos de financiación. El 95% del presupuesto de ELA se paga con cuotas. No hay organización en este país que pueda decir eso.

Pero ELA sí participa en el Consejo Económico y Social (CES) estatal.

-Del CES vasco nos fuimos porque el país que tenemos es muy antidemocrático. Temas clave como la fiscalidad no pasan por el CES. En relación al procedimiento, el CES español es más democrático que el vasco. Por el CES navarro, donde también estamos, sí pasa la fiscalidad. El dinero que recibe ELA del CES español es el chocolate del loro. Lo importante es poder decir que el 95% de nuestro presupuesto son cuotas de afiliados.

¿Cómo ve el cambio en Nafarroa? ¿Cree que el futuro Gobierno hará las políticas que defiende ELA?

-Hemos estado con Geroa Bai, con Bildu, con Podemos y con Izquierda-Ezkerra. Les decimos que para evitar el cambio van a tener muchas presiones. Si de verdad quieren transformación tienen que entender el papel autónomo que juega ELA. Vamos a seguir presionando para que el cambio se concrete. Tenemos que analizar el acuerdo programático, pero si se acepta el techo de gasto sin abordar la fiscalidad no es posible el cambio social. En Navarra el diálogo social ha sido muy perverso, no pedimos entrar a cobrar sino que se cambie el modelo. Dicho eso, en Navarra hay un clamor muy sentido contra el régimen y habrá cambios, en materia de normalización política o en la impronta del euskera, que se van a notar.

Se intuye un cambio político en el Gobierno del Estado, ¿se dará la vuelta a los recortes y reformas?

Lo deseamos pero es difícil. Europa es un fraude político con un entramado institucional donde solo caben políticas antisociales. La opción que prioriza lo institucional tiene que tenerlo en cuenta y discutir qué relación va a tener con los que estamos en la calle. Las cosas no se cambian solo llegando a las instituciones.

¿Se avanzará en el autogobierno con otro color en la Moncloa?

No tenemos esa convicción. La involución en el autogobierno que defiende el PP la comparte el PSOE y Ciudadanos dice que hay que eliminar el Cupo. La confianza la tenemos aquí. Hay que conjugar el elemento identitario, el democrático y el social. Con políticas neoliberales la gente no se suma a un proceso emancipador.