Madrid - La recuperación de la economía podría reflejarse por fin en los sueldos que entran en los hogares. CCOO y UGT hicieron ayer concesiones en el diálogo social del Estado para fijar la base de los incrementos salariales de este año en una cifra cercana al 1,5%, lo que supondría casi triplicar la subida media registrada en 2014 (0,57%).
La negociación se acerca a un punto crítico tras varias semanas de bloqueo, después de la decisión de CCOO y UGT de rebajar sus pretensiones -el listón sindical estaba hasta ahora en el 2%- a cambio de ligar el incremento de los sueldos a la evolución del Producto Interior Bruto. Si la economía crece más de un 2% los salarios aumentarían en paralelo hasta ese 1,5%. Y si el empuje del tejido productivo se queda más abajo, la subida sería solo del 1%.
A día de hoy todo apunta a que el PIB español terminará el año más cerca del 3% que del 2, por lo que, si no hay sobresaltos y se cierra un acuerdo, las familias notarían en sus nóminas el máximo incremento previsto. Todo dependerá primero de la llegada a buen puerto del diálogo en Madrid y después de las negociaciones sectoriales y en las empresas.
El Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) es solo una referencia, sobre todo en Euskadi, donde ELA y LAB son mayoritarios y no se ciñen al pacto. Sin embargo, en los últimos años ha sido una barrera infranqueable en el Estado, el techo bajo el que se ha garantizado la moderación salarial.
Con una recomendación del 0,6%, las nóminas han crecido un 0,57% de media estatal en los dos últimos años en, mientras que el tope para la Comunidad Autónoma Vasca ha rondado el 1%, prácticamente el doble. En la actual situación de inflación negativa el incremento de este curso puede permitir un notable avance del poder adquisitivo de los hogares.
Los sindicatos de ámbito estatal oficializaron ayer su renuncia a incrementos por encima del 2%, a cambio de ligar la subidas al PIB. Según su propuesta, para 2016, contando con que la economía española evolucione mejor que durante este año, CCOO y UGT proponen subidas salariales de hasta el 2%. Para ambos ejercicios, reclaman cláusulas de garantía salarial, a la espera de que las últimas medidas del BCE den sus frutos y el IPC vuelva a rondar el 2% a finales de 2016. “No podemos jugar a la ruleta con el sueldo de los trabajadores. Tiene que haber cláusula de salvaguarda”, defendió el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer.
Para 2017, los sindicatos dejan el porcentaje de subida salarial abierto, con una fórmula que tenga en cuenta el comportamiento del PIB en 2016 y las previsiones oficiales para 2017. Con estos parámetros en mente, dejarían para los tres primeros meses de 2017 la negociación salarial para ese ejercicio. “Los sindicatos seguimos pensando que las negociaciones son cosa de dos”, señaló Ferrer en una rueda de prensa junto a su homólogo de CCOO Ramón Górriz. “No hemos tenido problema en asumir como referencia salarial el PIB”, remarcó Ferrer como gesto de calado en la negociación. Los sindicatos plantearon inicialmente que en los próximos años los salarios se indexaran al IPC y la evolución de la productividad para que los trabajadores recuperaran poder adquisitivo.
Ferrer recordó que esta vinculación al PIB ya está presente en el II AENC 2012-2014 y apuntó que, sin embargo, siguiendo esta referencia, las subidas salariales resultantes tampoco satisfacen a la patronal.
Según aquel acuerdo trianual, si el incremento del PIB a precios constantes -al margen del IPC- en 2013 era superior al 1% e inferior al 2%, el aumento salarial no excedería el 1%, y si la economía crecía al 2% o más, no superaría el 1,5%. “Sólo hay que cambiar las fechas”, dijo el dirigente de UGT para ilustrar la facilidad con la que, a su juicio, debería asumir la patronal el planteamiento.
estancamiento de la negociación Sin embargo Ferrer y Górriz explicaron que por el momento no hay acuerdo con las organizaciones empresariales ni en la cuestión salarial ni en la ultraactividad de los convenios. Un aspecto clave ya que los sindicatos quieren establecer un principio vinculante según el cual un convenio suceda a otro como base para las relaciones laborales.
El camino no está despejado, todo lo contrario. “Tanto en el tema salarial como en la ultraactividad la situación es de estancamiento. La CEOE pretende en 2015 que el incremento salarial sea inferior al de 2014. No es posible en un periodo recesivo asumir una política salarial superior a la que se pretende en una recuperación económica. Con esa óptica es imposible el acuerdo”, advirtió Ferrer. El número dos de UGT mostró su disposición a seguir negociando sin “poner fechas” para la consecución de un acuerdo, pero dejó claro que no firmarán un pacto que no contemple mejoras salariales.
En este sentido, el secretario de Acción Sindical de CCOO, Ramón Górriz, alertó de que, en caso de que el acuerdo no sea posible, “se iniciará una guerra de guerrillas en la negociación colectiva que sería imposible de atajar. Algunos ya estamos cansados de hacer de bomberos. Quien incendie, que corra con el incendio”, sentenció. Uno de los aspectos en los que las partes ya habrían alcanzado un acuerdo es en la pretensión de los sindicatos de “realzar” el convenio colectivo sectorial. Según Górriz, se están llevando a cabo prácticas “con grandes dosis de ilegalidad” a la sombra de los convenios de empresa, especialmente en “empresitas” en las que no hay presencia sindical.
También se refirieron al informe de la CEOE con recomendaciones al Gobierno de cara al Plan Nacional de Reformas de 2015, en el que la patronal plantea descausalizar el contrato temporal y apostar de forma decidida por el trabajo a tiempo parcial. En su contra, los sindicatos se oponen a un contrato temporal sin causa y sólo contemplan los contratos a tiempo parcial como alternativa a las horas extras. Las recomendaciones son un nuevo elemento de tensión, así ambos sindicatos acusaron a la patronal de apostar por una competividad “basada en la precariedad y los bajos salarios”.