MADRID. Los documentos obtenidos por 'The Guardian', 'Le Monde', BBC y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación muestran que la rama suiza del banco permitió a los clientes retirar dinero en efectivo, en ocasiones en moneda extranjera no usada en el país, creó sistemas para permitir a algunos clientes evadir impuestos, se confabuló con algunos clientes para esconder cuentas 'negras' no declaradas a las autoridades fiscales nacionales y abrió cuentas a criminales internacionales, empresarios corruptos y otros individuos de riesgo.

Los documentos, que cubren el periodo entre 2005 y 2007, suponen la mayor filtración bancaria en la historia, sacando a la luz alrededor de 30.000 cuentas, con un valor total de unos 120.000 millones de dólares (alrededor de 105.890 millones de euros).

HSBC ha admitido los comportamientos ilegales de su rama suiza, afirmando que la misma no fue integrada totalmente tras su compra en 1999, lo que permitió que mantuviera unos estándares "significativamente más bajos".

En este sentido, el banco, el segundo más importante del mundo, ha reconocido que no tomó medidas contra la rama suiza hasta 2011. "HSBC fue dirigido en el pasado de una forma federada y las decisiones eran tomadas frecuentemente a nivel nacional", ha dicho.

El banco estuvo presidido en la citada etapa por Stephen Green, quien abandonó el cargo en 2010 para convertirse en ministro de Comercio en el Gobierno de David Cameron. Por el momento se ha negado a hacer declaraciones sobre las filtraciones.

Pese a que las autoridades fiscales de todo el mundo han tenido acceso confidencial a los documentos desde 2010, la naturaleza de la conducta de la rama suiza del HSBC no había salido a la luz hasta ahora.

Los documentos muestran que el banco asesoró a familiares de dictadores, a personas implicadas en casos de corrupción en Africa y a gente involucrada en el comercio de armas y de los conocidos como 'diamantes de sangre'.

HSBC hace frente a investigaciones criminales y a cargos en Francia, Bélgica, Estados Unidos y Argentina a raíz de la filtración de los documentos, si bien por el momento no se han abierto acciones legales contra el banco en Reino Unido.

EMILIO BOTÍN, EL REY DE MARRUECOS...

El diario digital "El Confidencial" publica a partir de hoy nombres de la famosa 'Lista Falciani' en la que figuran "miles de clientes del HSBC de Ginebra", entre los que destacan el fallecido presidente del Santander Emilio Botín, el futbolista Diego Forlán o el rey de Marruecos Mohammed VI, entre otros. La lista tenía 2.694 clientes españoles.

La lista, elaborada con la información del HSBC de Ginebra que el informático Hervé Falciani grabó en un CD y entregó a la Hacienda francesa en 2009, "ve por fin la luz como fruto de una investigación internacional coordinada por 'Le Monde' y el ICIJ (Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación)", afirma El Confidencial.

Este diario digital recuerda que "las autoridades galas reenviaron a las españolas la información sobre los ciudadanos de nuestro país que aparecían en la lista. Se trata de unos 2.700 clientes reales", de los que, a partir de hoy, El Confidencial publicará los nombres más destacados.

Según El Confidencial la familia Botín tenía una fortuna oculta en el HSBC de Suiza de más de 2.000 millones de euros y añade que también utilizó un entramado societario en Panamá y las Islas Vírgenes con testaferros "para esconder quién estaba detrás de sus cuentas".

El piloto de Fórmula 1 Fernando Alonso, cuyos asesores han explicado al diario digital que "su situación ha estado y está en regla y que nunca ha tenido problemas con la Hacienda española ni con las de otros países" también aparece entre los nombres que publica hoy El Confidencial.

Michael Schumacher, Valentino Rossi, el rey Abdalá II, la modelo Elle MacPherson o el tenista Marat Safin son otros de los nombres publicados en El Confidencial, entre los que también destacan los del piloto de Fórmula 1 Heikki Kovalainen, los cantantes David Bowie y Tina Turner, el empresario Flavio Briatore o el actor Christian Slater.