bruselas - La Comisión Europea admite ya que el horizonte económico de España se presenta más halagüeño de lo que auguraba hace apenas tres meses. Su nuevo cuadro macroeconómico dibuja ahora una situación radicalmente distinta con una previsión de crecimiento del 2,3% para 2015 y del 2,5% para 2016. Es decir, seis y tres décimas por encima de lo anunciado en noviembre, un dato que mejora incluso la previsión del Gobierno español y del Fondo Monetario Internacional (FMI). “Son sustancialmente mejores que las de otoño pasado. El crecimiento se acelera gracias a las mejores condiciones financieras, a la vuelta de la confianza y la creación de empleo sólido”, resumió ayer el comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici, citando también el impacto de la demanda interna, el desplome del precio del petróleo y la depreciación del euro.

Bruselas estima que España crecerá un punto por encima de la media de la Eurozona y seis décimas por encima de la UE, superando con creces a países como Alemania (1,5%), Francia (1%) o Italia (0,6%). Pese a este balance, dos siguen siendo las asignaturas pendientes que el acelerón económico no consigue reconducir. Para empezar el paro. La Comisión Europea destaca que se acelera la creación de puestos de trabajo y que la tasa de parados caerá tres puntos en los próximos dos años, gracias a la moderación salarial y al modesto incremento de los costes laborales unitarios, pero el nivel de desempleo seguirá siendo elevado. Con cifras que duplicarán las del resto de la UE y que solo Grecia superará: del 22,5% en 2015 y el 20,7% en 2016.

En segundo lugar, el incumplimiento de los objetivos de déficit público. Pese al repunte económico, España cerrará con un déficit del 4,5% en 2015 y del 3,7% en 2016, tres y nueve décimas por encima de lo prometido. Aunque el comisario Moscovici evitó ayer hacer sangre con esta diferencia y se limitó a explicar que están dialogando con el Gobierno español, el informe de Bruselas sí pone el acento en que existen “riesgos” para las cuentas públicas debido a dos factores: la incertidumbre que genera el impacto de la reforma fiscal en los ingresos y la próxima cita electoral. Dicho de otro modo, existe temor a que no se adopten los recortes necesarios en un período electoral que estará marcado por el auge de fuerzas como Podemos. Una incertidumbre que Moscovici eludió valorar ayer. “Nunca he considerado unas elecciones como una amenaza”, advirtió añadiendo que después sí sacarán conclusiones.

La Comisión Europea augura que la deuda pública española seguirá creciendo hasta el 102,5% del Producto Interior Bruto en 2016, que la inflación caerá el -1% de media este año, que se acelerarán las exportaciones y que tras siete años de ajuste económico España registrará un “modesto repunte” de la construcción.