MADRID. Los pequeños operadores del mercado eléctrico confían en que la nueva tarifa de la luz, que vincula la factura directamente al precio mayorista, contribuya a dinamizar las ofertas libres, especialmente las tarifas planas.

Según han indicado fuentes de estos operadores, el precio voluntario al pequeño consumidor (PVPC) va a contribuir a mejorar el mercado a plazo, en el que se vende la electricidad para un periodo de tiempo, ya que algunas compañías querrán asegurarse unos precios estables.

A su vez, esta mejor competencia en los mercados a plazo favorecerá las ofertas "planas" o estables para los pequeños consumidores, aquellas en las que el cliente paga una misma cuota todos los meses independientemente de cómo evolucione el mercado y se le regulariza a final de año.

De esta manera, los consumidores evitan la enorme volatilidad que puede acarrear el PVPC, ya que el precio de la electricidad en el mercado mayorista varía en función de la oferta -hay más renovables con lluvia o viento y las centrales térmicas se encarecen si lo hace el carbón o el gas- y la demanda -que aumenta con la actividad económica o con las olas de frío y calor-.

De hecho, estos factores meteorológicos serán los que determinarán la evolución de la factura eléctrica en los próximos meses, junto con un previsible repunte de la demanda como consecuencia de la recuperación económica.

Los operadores prevén que el próximo año el mercado mayorista se sitúe en torno a los 50 euros el megavatio hora (MWh), en línea con 2013 y algo más caro que este año, cuando se registró un extraordinario volumen de renovables en el primer semestre.

Por otra parte, estos agentes se muestran preocupados por las restricciones que el operador del sistema Red Eléctrica pueda imponer al acceso del régimen especial (renovables y cogeneración) a los servicios de ajuste del sistema.

Los ajustes del sistema son una serie de órdenes que da el operador del sistema a determinadas centrales para que entren en funcionamiento en el último momento si necesita generación en una zona concreta, y que se retribuyen normalmente con mejores precios que los que ofrece el mercado.

Hasta ahora, estos ajustes estaban limitados al régimen ordinario, fundamentalmente centrales térmicas de carbón o gas e hidráulicas, pero la reforma eléctrica los ha abierto a otras tecnologías, lo que supone para estas un nuevo negocio.

Sin embargo, los operadores temen que un excesivo celo de Red Eléctrica por garantizar la seguridad podría impedir la competencia efectiva, ya que tiene, critican, bastante discrecionalidad para decidir qué centrales pueden participar.

Estos servicios suponen alrededor de un 10 % del precio que pagan los consumidores por el término de energía de su factura, que a su vez supone alrededor de un 35 % del recibo.