madrid - Expectación máxima. El Banco Central Europeo celebrará mañana su reunión ordinaria de cada primer jueves de mes, pero no será una más. La baja inflación en la eurozona, con riesgo de deflación en algunos países, y la débil recuperación económica podrían provocar una nueva rebaja de tipos de interés, actualmente en el 0,25% su mínimo histórico. Es solo una de las opciones con la que especulan los analistas. El presidente del BCE, Mario Draghi, podría esconder otras cartas en la manga, ya que él mismo explicó que la entidad está abierta a tomar medidas no convencionales.
Que la inflación interanual en la zona del euro haya bajado en mayo al 0,5%, frente al 0,7% del mes anterior, no hace otra cosa que elevar las tensiones. Es el cálculo adelantado ayer por la oficina estadística comunitaria Eurostat. Un dato que refleja que los precios siguen su tendencia casi plana, lejos de subir lo deseado por el BCE -que anhela que el IPC ronde en torno al 2% pero sin superar ese límite-. En España la inflación fue del 0,2% el pasado mes y del -0,1% en Italia. El riesgo de que los precios caigan es real en los denominados países periféricos, los que más sufren los efectos de la crisis.
El máximo responsable del banco emisor ya ha anunciado en varias ocasiones que pondrá cortafuegos que eviten una posible deflación, a falta de concretar las medidas. Medidas que podrían darse a conocer mañana, o al menos, se espera la primera tanda de la artillería preparada para tal efecto.
La expectación ante el encuentro de mañana es máxima porque el propio Draghi dejó entrever hace escasas fechas que la reunión de junio será importante. "No estamos satisfechos con el camino previsto para la inflación, y por lo tanto hay un consenso en no resignarnos ante esto y no aceptarlo como un hecho ineludible, lo que llevaría a un consenso sobre cómo actuar, pero después de ver las proyecciones que se publicarán a principios de junio", dijo hace escasos días en una reunión de jefes de bancos centrales, celebrada en Portugal. Con el dato de la inflación en la mano la toma de decisiones parece cada vez más clara.
Tipos de interés al 10% El BCE, desde que Draghi es presidente, ha sabido hacer frente a las numerosas tormentas económicas sin tener que sacar la artillería pesada. En marzo anunció que el BCE tiene preparadas medidas no convencionales para prevenir la deflación y desde entonces se ha especulado mucho sobre cuales serán esas actuaciones.
Lo más probable, según recogen los medios económicos, es que se anuncie una nueva rebaja de tipos de interés, actualmente en el mínimo histórico del 0,25%. Se especula con fuerza con la idea de que se rebajen hasta el 0,15% o incluso el 0,10%. La teoría dice que una rebaja del precio del dinero abarataría la financiación a bancos y empresas al tiempo que contribuiría a rebajar el interés de la deuda periférica. También podría acarrear una caída del Euríbor, al menos sobre el papel. Todo ello contribuiría a mejorar el consumo y la inversión, con un mejor acceso al crédito. Ello permitiría elevar los precios y, teóricamente, reforzar el leve crecimiento.
Pero que los tipos ya ronden el 0%, hace pensar que esa rebaja de tipos no tenga mucho impacto real. El BCE ha planteado ya la opción de aplicar otro tipo de medidas, las denominadas no convencionales.
Tras la reunión de abril el máximo responsable de la institución admitió que en el seno del consejo se hablo "sobre menores tipos de interés, extender la adjudicación plena de fondos a tipo fijo y hablamos de Quantitative Easing -un programa de compra de activos, conocido por sus siglas, QE-".
Está por ver qué camino tomará el BCE. Ayer, el ministro de economía español, Luis de Guindos mostró su confianza en que el Banco Central tomará las "decisiones correctas".