El coworking (cotrabajo), un movimiento global que está cambiando de forma imparable el modo de trabajar y la forma de interactuar en los espacios de trabajo, ha llegado también a Euskal Herria y lo ha hecho para quedarse. El concepto es sencillo. Profesionales de distintos sectores autónomos, emprendedores, empresarios, artistas, periodistas... compartan el mismo espacio físico para trabajar en sus propios proyectos, como alternativa a la soledad que suele implicar trabajar desde casa. "Son un reflejo de la aparición de nuevos modelos y nuevas expectativas en el mundo de los negocios y en la sociedad en general", explica Nerea Guinea, creadora de CO&ART, uno de los cuatro espacios de estas características que existen en Donostia.

Sin embargo, el primer cotrabajo vasco Cocoworking se fundó en Iruñea por unos jóvenes emprendedores, que vieron la oportunidad de compartir un espacio de trabajo diferente y encuentro donde se desarrollan y comparten las ideas. "Un lugar abierto a las personas y a proyectos por el bien común, un espacio que está en crecimiento y desarrollo continuo no solo el País Vasco y el resto del Estado, sino también a nivel internacional". La tendencia llegó de San Francisco donde en 2006 abrió sus puertas el primer espacio de coworking y puede que alrededor de una mesa de starbucks Desde entonces no han dejado de crecer por todos los lugares del mundo.

Sin embargo, los gestores de espacios cotrabajo dejan claro que el coworking no significa exclusivamente compartir gastos y romper con el aislamiento. Se persigue también pertenecer a una comunidad de individuos que están abiertos a intercambiar ideas, proyectos, conocimientos. "Están en disposición de ayudar y colaborar con los otros profesionales creando así un ecosistema idóneo para el emprendimiento, las sinergías. Estos espacios surgen más por la necesidad de compartir ideas, compañía y café", recalca Guinea.

Laboratorio de ideas Los gestores de estos espacios abogan por la idea de que las personas se sientan parte del proyecto, los coworkers, amigos, familia, etc. El Estado español encabeza el ranking mundial de países con más espacios cotrabajo después de EEUU y Alemania, de 200, casi la mitad de ellos distribuidos entre Madrid y Barcelona. En Euskadi queda mucho camino por recorrer. "Porque en todo el País Vasco existen también otros espacios de colaboración pero que no siguen el concepto de coworking. Desde que llegó la crisis económicas profesionales comparten despachos, espacios... para ahorrar gastos, pero esa no es nuestra filosofía", señala con rotundidad Nerea Guinea, que es miembro de Coworking Spain y ha participado en la creación de la asociación española de espacios cotrabajo. Y es que los gestores de estos espacios del Estado están trabajando mucho para que el concepto sea conocido.

En un centro de coworking también surgen sinergías laborales. Conforme van coincidiendo la mayoría de las personas que trabajan en estos espacios, el elemento más compartido y demandado es la información. Casi todos son "autodidactas en el tema empresarial", según apuntan. Como Nerea reconocen se aconsejan mutuamente a la hora de hacer un presupuesto para un proyecto. Para el pago de impuestos y sobre todo se dan apoyo moral cuando toca afrontar problemas.

Sinergias laborales En los coworking se pasan clientes, contactos y en ocasiones colaboran también entre ellos. Sinergías, ahorro, buena compañía, café, contactos..., las razones son suficientes. Para muchos de los que se han sumado a estos espacios, el coworking aúna lo mejor de una empresa sin lo peor de ella. Es una especie de laboratorio de ideas y que para muchos ha significado un aumento en su productividad. "Son espacios que se abren a su entorno y que siendo muy diferentes unos a otros, dependiendo de su situación, perfil de sus coworkers y tamaño -las diferencias entre los de Donosti, Bilbao e Iruñea existen- hacen aflorar una necesidad real de volver a los valores que nos hacen sentir más humanos: trabajar con personas y para las personas, de igual a igual", subraya con conocimiento de causa Nerea Guinea.

Aunque por lo general se suelen asociar estos espacios colaborativos con proyectos relacionados con las nuevas tecnologías e internet, cada vez son más los especializados en las industrias creativas y culturales.

En la segunda edición de Coworking Spain Conference que tuvo lugar en Barcelona, con participación de tres gestores de espacios cotrabajo, la cita congregó a numerosos autónomos, profesionales independientes, free lances, pymes y grandes empresas que quisieron descubrir los beneficios y las ventajas que estos espacios proporcionan a sus cada vez más numerosos usuarios.