Vitoria

unA reforma fiscal suficiente, progresiva y que incentive la reactivación de la economía. Esos son los tres ejes de la normativa tributaria que entrará en vigor el 1 de enero. Los instrumentos puestos a disposición de las empresas se centran en incentivos a la inversión en I+D+i o la capitalización de las empresas, entre otros, con el objetivo de que las empresas mejoren sus posiciones de cara a la salida de la crisis. En cuanto a las familias, la reforma básicamente sube el listón fiscal en la zona alta de ingresos y limita algunas deducciones universales, no vinculadas al nivel de renta.

Tras el apoyo del PP a la propuesta de reforma de PNV y PSE a cambio de unos leves ajustes, la reforma tiene ya mayoría en las tres juntas generales. Se convertirá en la nueva norma tributaria del conjunto de la CAV.

El consejero de Hacienda y Finanzas, Ricardo Gatzagaetxebarria, asegura que la reforma es "leve y moderada", que incluso mantiene los niveles de presión tributaria por debajo de la del Estado. Y sus principales promotores, jeltzales y socialistas, sostienen que se centra en aumentar la fiscalidad para las rentas altas y las grandes empresas, que a partir de ahora pagarán un mínimo del 13% en el Impuesto de Sociedades.

Bildu considera que las modificaciones se quedan cortas y que no se cumple el requisito de progresividad, mientras que hay sectores económicos que afirman que el PNV da un paso casi definitivo hacia una fiscalidad más cercana a los postulados de la izquierda.

¿Pero cómo afecta al bolsillo la nueva fiscalidad? DNA ha traducido a números, a euros, las modificaciones fiscales más importantes en el IRPF para ofrecer una foto cercana de las nuevas tripas del sistema tributario al compararlo con el esquema actual, el de Gipuzkoa o el de España.

Deducción Vivienda y edad

Nuevos límites

El debate en torno a la fiscalidad de la vivienda está abierto desde hace tiempo, prácticamente desde que los agentes políticos tuvieron conciencia del calado de la crisis y de los problemas de recaudación. ¿Es justo que todos los ciudadanos disfruten de unos incentivos fiscales a la compra de vivienda sin tener en cuenta su nivel de renta? Muchos expertos rechazan esa vía para facilitar el acceso de las familias a un piso y apuestan por las ayudas directas. Que aquel que lo necesite realmente porque no tiene recursos para pagar una hipoteca reciba asistencia financiera de la administración.

En el Estado, el PP ha eliminado a partir de este año los mecanismos que permiten recuperar parte del dinero destinado a afrontar el crédito hipotecario. Se ha hecho sin abrir otra puerta que reduzca las cargas para las familias con mayores dificultades. Las diputaciones han apostado por mantener las deducciones por vivienda, aunque las han reducido. La reforma impulsada por PNV y PSE asume esa decisión y, aunque en España lo ha eliminado, el PP vasco ha aceptado sumarse al pacto manteniendo la fiscalidad para la compra de pisos para jóvenes y familias numerosas.

No hay duda en ese caso de que la presión fiscal será más baja en la CAV que en el Estado, pero el gran acuerdo fiscal obligará además a Bildu a asumir en Gipuzkoa una posición más ventajosa para los contribuyentes. La normativa de la Diputación guipuzcoana aprobó el año pasado junto al PSE un gasto deducible máximo del 15% para jóvenes y familias numerosas en las compra de viviendas nuevas. La nueva reforma sitúa ese nivel en el 20%, si bien limita a 1.700 euros el máximo anual de deducción frente a los 1.800 actuales en Álava y Bizkaia. Se logra así que los que pagan menos crédito, generalmente los que menos recursos tienen, mantengan los incentivos, mientras que los que pagan más tendrán menos deducciones.

Así, una familia numerosa alavesa o un joven de este territorio con un crédito de 180.000 euros por una VPO de 180.000 euros y una cuota mensual de 596 euros, podrá deducir 1.430 euros al año, ya que se quedará por debajo del límite. El mismo caso en Gipuzkoa desgravaría 1.073 euros si no entrara en vigor la reforma. Y en Miranda o en Castro no tendrá ninguna deducción.

Los porcentajes se mantienen para viviendas del mercado libre en el caso de jóvenes y familias numerosas. Sin embargo, se situará en un 18%, el mismo nivel que en la actualidad, para el resto de contribuyentes, con un límite máximo de 1.800 euros que superarán por ejemplo los titulares de una hipoteca de 850 euros mensuales. Será el mismo esquema de Gipuzkoa y tres puntos porcentuales más que en España, unos 500 euros deducibles más.

Con las deducciones por edad ocurre algo similar, se rebaja de 35.000 a 30.000 el listón de la base liquidable a partir de la cual los mayores de 65 años, los jubilados, no pueden desgravar. Así, quien tenga una pensión mensual superior a unos 1.850 euros no podrá deducir. La normativa guipuzcoana limitaba las deducciones desde los 20.000 euros -en torno a 1.200 mensuales- con lo que los mayores de ese herrialde saldrán ganando y tendrán menos presión fiscal que este año, aunque para alaveses y vizcaínos será algo superior respecto a la situación actual.

Ahorro y EPSV

Tributarán más

La reforma fiscal apuesta por gravar más el ahorro entendiendo que quien tiene capacidad para colocar dinero a generar intereses debe contribuir más a los gastos de la administración. Se eleva para ello en tres puntos la presión fiscal para los rendimientos superiores a los 30.000 euros, siguiendo el ejemplo guipuzcoano. De este modo, quien tenga beneficios en sus programas de ahorro de 30.500 euros pagará a Hacienda 7.625 euros, casi mil más que en la normativa vigente hoy en Álava y Bizkaia y algo más de 600 euros menos que en España.

En la parte baja de la tarifa se actúa de forme menos agresiva. De este modo, quien obtenga unos rendimientos de 2.000 euros tributará al 20%, 400 euros, frente al 23% actual de Gipuzkoa y el 21% de territorio común.

Los planes de pensiones, las Entidades de Prestación Social Voluntaria (EPSV) verán reducida en mil euros la aportación anual máxima permitida, que quedará fijada en 5.000 euros para los trabajadores, algo más de 400 euros mensuales. Una cantidad que los partidos consideran que está fuera del alcance de la mayoría de las familias, con lo que la medida solo afectará a las rentas más altas. Las empresas podrán completar ese máximo con otros 7.000 euros. La fiscalidad de este instrumento de ahorro será mejor que en el Estado español, donde el tope está en 10.000 euros.

Herencias y trabajo

Más presión

La reforma romperá la tradición foral que exime a los hijos de retratarse en Hacienda por las herencias de sus padres. Será una tributación casi testimonial, un 1,5% y los primeros 300.000 euros estarán exentos, frente a los 220.000 libres de Gipuzkoa. Así, un contribuyente que herede un piso de 400.000 euros pagará 1.500 a Hacienda, casi la mitad que lo establecido a día de hoy para los guipuzcoanos.

El Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que grava en lugar del IVA las ventas de pisos de segunda mano se elevará hasta el 7% desde el 6% actual. Y para las rentas de trabajo más elevadas, por encima de los 91.370 euros (los que cobran en torno a 4.500 euros al mes) subirá notablemente la presión fiscal con cuatro nuevos tramos.