madrid. La tarifa de la luz volverá a encarecerse en octubre. Las familias españolas tendrán que rascarse el bolsillo para asumir una nueva subida, esta vez del 3,1% para los consumidores, como resultado de la subasta realizada ayer entre comercializadoras. Que se incremente no es ninguna novedad para los hogares, solo este año han visto que lo hacía en tres ocasiones más. Así, tras esta subida, el año se habrá saldado con cuatro incrementos del recibo -incluidos el 3% en enero, del 1,2% en julio y del 3,2% en agosto-, es decir, la de ayer será la tercera subida de la luz en solo cuatro meses. Aunque eso sí, también hubo una única bajada, del 6%, registrada en abril. En cualquier caso las subidas ganan la partida y el año se acabará con incrementos frente a lo pagado en 2012. El Gobierno español calcula que, sin incluir la nueva subida de octubre, la tarifa se ha encarecido un 8% desde enero de 2012.

Es una tendencia conocida. La electricidad no ha dejado de encarecerse desde hace diez años y es en los últimos tiempos, cuando la crisis ha estrangulado los ingresos de las familias, cuando más se ha agudizado esa tendencia. Desde mayo de 2007 el recibo mensual medio se ha encarecido en un 66%. Entonces, por un consumo medio de 3.600 kw al año, con un contrato de 3,45 kw, se abonaba cada mes algo menos de 40 euros (39,4) y ahora la factura se ha incrementado hasta los 65,5 euros. Las familias gastan ahora 26 euros más al mes, 313 euros al año, que antes de la crisis. Y se trata de una media que en algunos hogares es mucho más elevada.

El resultado es que la electricidad española es ya la tercera más cara en Europa, solo superada por la que abonan chipriotas e irlandeses.

En octubre, el gasto medio mensual será casi idéntico al de primeros de año, cuando en la factura se sumaba también parte de las facturas no cobradas de tres meses enteros anteriores, después de que el Tribunal Supremo aceptase recursos contra de la congelación de la tarifa de la luz de finales de 2011.

Incremento El nuevo incremento del 3,1% a partir del 1 de octubre se debe a que la vigésimo cuarta subasta entre comercializadoras de Último Recurso de electricidad se cerró ayer con una subida del 7,6% para el cuarto trimestre en el precio del componente energético, que supone algo menos de la mitad del total de la tarifa. Y es que el importe de la tarifa eléctrica -la única que fija el Gobierno y a la que están acogidos casi veinte millones de hogares y pymes- se fija cada tres meses a partir de tres componentes: el precio de la energía, los peajes que determina el Ejecutivo y los impuestos.

Estas subastas sirven para fijar el coste de la energía dentro de la Tarifa de Último Recurso (TUR) y tienen un peso algo inferior al 50% sobre la conformación final de la tarifa. El Gobierno español ha anunciado que congelará en octubre la otra parte del recibo, que recoge los costes regulados del sistema eléctrico, conocidos como peajes.

En una nota, el operador del mercado eléctrico, Omel, informó ayer de que el precio del megavatio hora (MWh) para la carga base se ha situado en 47,58 euros, mientras que el de carga punta ha ascendido a 57 euros. Además explicó que se han vendido 2.500 megavatios (MW) de carga base y 352 MW de punta.

En total, 44 entidades han vendido la electricidad a las cinco comercializadoras encargadas del suministro de último recurso, que son Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, EDP España y E.ON.

Pese a que la subasta de ayer se celebró en un contexto de precios estables de la electricidad, los ajustes técnicos posteriores a la puja, incluidos el apuntamiento y los servicios de ajuste, se han convertido en el sobrecoste que ha provocado la subida final. Éste se calcula con respecto a unos indicadores que se definen en el mismo trimestre del ejercicio anterior y que se aplican a un año vista.

Esta nueva subida, al producirse en el coste de la energía y no suponer un incremento de los peajes, no servirá para aliviar el déficit de tarifa, que en términos acumulados supera los 26.000 millones de euros y que este año será de entre 2.500 y 3.000 millones de euros, según anunció el ministro de Industria, José Manuel Soria.

"Puñetazo al estómago" Para las asociaciones de consumidores el anuncio fue un nuevo jarro de agua fría o, más gráficamente, "otro puñetazo directo al estómago de los consumidores", según lo describió la OCU, Organización de Consumidores y Usuarios. La OCU criticó que la factura media en España ya ronde los 800 euros al año. Para Facua, la nueva subida es "desproporcionada" y reclamó ayer al Gobierno español que tenga "capacidad real de intervención".

Por su parte, la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) criticó las nuevas tarifas eléctricas y también pidió al ministerio de Industria que frene las "escaladas de precios" que se están viviendo en los últimos años. Además la agrupación se mostró especialmente crítica con el Gobierno popular ya que añadió que "parece claro que los intereses de la industria siguen siendo lo prioritario para una administración que no vela por los usuarios", en referencia a la última reforma eléctrica aprobada que seguirá incrementando la factura de los usuarios finales.

LA FACTURA DE LA LUZ