Bilbao. La Ley de cajas y fundaciones bancarias, que en la práctica obligará a transformar la mayoría de cajas de ahorros tradicionales en fundaciones bancarias -incluidas las vascas- a finales de 2014, sigue sus trámites parlamentarios y el PNV ya ha presentado sus primeras enmiendas. Se trata de una norma sobre la que se ha trabajado intensamente. El grupo jeltzale ha negociado las enmiendas presentadas el pasado viernes con el Partido Popular, así como otras fuerzas políticas y según ha podido conocer este diario, representantes de las propias cajas de ahorros han participado en los encuentros aportando sus visiones técnicas.
La norma afecta especialmente a cuatro entidades que son Kutxabank, Caixabank, Unicaja e Ibercaja, cajas que han traspasado su negocio a un banco y que deben reconvertirse en fundaciones especiales. Mario Fernández, presidente de Kutxabank y BBK, ya dijo hace varias semanas que confiaba en los contactos "que venimos manteniendo", para que "los temas más relevantes, que son cuestiones técnicas, no políticas ni ideológicas", se solucionen "en el trámite parlamentario", subrayó.
Está previsto que la Ley se apruebe definitivamente este año, ya que es uno de los trámites impuestos por la troika -Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea- a cambio del rescate bancario. El Memorando de Entendimiento, MoU por sus siglas en inglés, establece las condiciones que debe cumplir España y los plazos, y es ahí dónde encaja esta nueva normativa.
El plazo de presentación de enmiendas aún no ha concluido, pero según ha corroborado este diario, el Grupo Vasco presentó el viernes esas primeras enmiendas, coincidiendo con la visita de los delegados del FMI que durante la semana se entrevistaron con representantes de diferentes entidades financieras precisamente para valorar el estado de la banca española.
Las propuestas presentadas responden a las negociaciones mantenidas. Si bien aún no se ha confirmado acuerdo alguno, las posturas entre el Gobierno, el PP y el PNV están próximas en algunos puntos, que los jeltzales han querido reflejar por escrito a través de las enmiendas presentadas. El objetivo era hacer coincidir ese acto con la presencia de los representantes del FMI el pasado viernes, ya que en último término el acuerdo deberá satisfacer a los miembros de la troika.
Enmiendas Son varias las correcciones que ha propuesto el PNV a la norma aprobada hace meses por el Consejo de Ministros. Básicamente el objetivo de todas ellas es que la función de Obra Social que asumirán las nuevas fundaciones bancarias no se vea mermada. El objetivo de los jeltzales es defender la función de las cajas vascas, muy alejadas de las cuestionadas gestiones del sector bancario español.
Uno de los asuntos requeridos por los jeltzales es relativo a la dotación de un fondo de reserva. La Ley obligará a las fundaciones a tener un Fondo de Reserva para hacer frente a posibles necesidades de recursos propios y garantizar la liquidez. En función de la participación de cada fundación en el accionariado ese requerimiento es mayor.
Por cuestiones técnicas, las cajas solicitaban y la enmienda jeltzale propone, que ese fondo se nutra de aportaciones no de las fundaciones sino del propio banco. El PNV justifica esta solicitud argumentando que la norma original puede suponer "una descapitalización del banco participado (en lugar de capitalizar el mismo)", ya que obligaría a distribuir más dividendos desde el banco a las fundaciones, a fin de poder dar cumplimiento a esa obligación.
Las enmiendas también cuestionan las incompatibilidades. Según la norma original los dirigentes de los patronatos de las cajas no podrán participar en los órganos de Gobierno de los bancos creados.
Concretamente, el texto original del Gobierno decía que "la condición de patrono será incompatible con el desempeño de cargos equivalentes en la entidad bancaria de la cual la fundación bancaria sea accionista, o en otras entidades controladas por el grupo bancario" a lo que el PNV propone que se sume esta frase: "salvo que dichos cargos equivalentes se ejercieran en representación de la fundación bancaria accionista".
Y es que los jeltzales cuestionan que sean "terceros ajenos a la fundación" los representantes que hayan de gestionar la inversión en la entidad de crédito.