LA historia se repite. Cuando se publicaron las primeras imágenes del futuro Audi A3 Sedan sucedió lo mismo que cuando se difundieron en su día las primeras fotografías del A3 Sportback, la unanimidad y el entusiasmo se dieron la mano de inmediato: Audi volvía a acertar plenamente. No es que sus otros lanzamientos resulten poco convincentes o carentes de atractivo, muy al contrario, pero es que aquí creo sinceramente que lo han bordado. Y no solo por su acertado diseño estético exterior, con esa imagen de berlina compacta con aires de cupé, sino porque sus dimensiones se encuentran en el punto justo. De hecho, recupera las medidas de la versión más exitosa del A4 en nuestro mercado; y es que el actual A4 ha crecido tanto por dentro como por fuera, que ya nadie puede utilizar la excusa de la habitabilidad para renunciar al A4 y decantarse por el A6 si lo que se busca es un turismo de tres volúmenes de gama alta.
El A3 Sedan, con sus 4,46 metros de largura, 425 litros de maletero, muy razonable y superior a los 380 litros del Sportback aunque sin portón trasero; 1,80 metros de anchura, su altura de 1,42 metros y 2,64 de distancia entre ejes, presenta una carrocería en la que se gana anchura (11 milímetros) respecto al A3 de cinco puertas y rebaja altura en 9 milímetros; sin perder de vista la batalla contra el peso, como queda constatado con una cifra de solo 1.205 kilogramos para el modelo de partida, el 1.4 TFSI de 140 CV. De hecho, Audi ha trabajado a conciencia para conseguir unos elevadísimos niveles de rigidez que reporten gran seguridad pasiva y un notable confort acústico a la vez que contengan el número de kilogramos en la báscula, para lo que ha incorporado numerosas piezas de acero endurecido en molde, capó delantero de aluminio, elementos auxiliares aligerados y motores sometidos a dieta rigurosa; como queda evidenciado al comprobar, y es solo un ejemplo, los poco más de 100 kilogramos del cuatro cilindros del citado 1.4 TFSI.
Como se advierte, Audi sigue fiel a su pasión por la tecnología y al seductor diseño capaz de enamorarnos. "Preciso y expresivo en cada detalle", según explica la firma alemana, el A3 Sedán "destaca por su deportividad y tiende un puente entre el clásico concepto de berlina de tres volúmenes y la filosofía cupé". Visto de frente, es ineludible el aire de familia con sus hermanos de gama, en tanto que la imagen lateral, con "superficies visiblemente arqueadas y destacando los prominentes pasos de ruedas junto a los cortos voladizos", y la trasera con su spoiler perfectamente integrado marcan diferencias y le confieren estilo propio y mucho carácter. Sin duda, un regalo para la vista.
EMOCIONANTE Hay automóviles que le atraen a uno por su diseño, pero que luego se desvanecen con el paso del tiempo porque son fachada y poco más. Por el contrario, hay otros turismos -y el A3 Sedan pertenece a esta categoría- que te cautivan desde el primer momento y luego, día a día, logran hacerte esbozar una sonrisa de satisfacción, consiguen convertirte en un entusiasta de dicho modelo o de su marca. Los he conocido a decenas y muchos de ellos, como se suele decir, son incondicionales de Audi. Un servidor, en tono jocoso y para enredarles un poco, les suele decir eso de: "Te brillan los cuatro aros en la frente". Y es que lo bueno se hace querer.
Además, estos modelos y marcas de alto nivel siempre aportan detalles de distinción, pequeños o grandes aspectos que los diferencian del resto. Ya hemos hablado del precioso diseño del A3 Sedan, pero hay mucho más, como lo demuestran, por ejemplo, mecanismos como los faros completos de leds, su extensa dotación de Infotainment o los sofisticados sistemas de asistencia a la conducción.
El conjunto de mecánicas es otro de los grandes aciertos del A3 Sedan. De entrada se anuncia una oferta compuesta por tres propulsores que luego se completará con otras mecánicas de acceso y este verano con la llegada del tope de gama, el S3 Sedan, que con su motor de gasolina de dos litros, 300 CV, 380 Nm de par máximo, la caja de cambios automática secuencial S Tronic (también está disponible con manual de seis marchas) y la tracción total Quattro anuncia 4,9 segundos de 0 a 100 km/h, 250 km/h de velocidad máxima (autolimitada) y solo 6,9 litros de consumo medio, siendo sus emisiones medias de 159 gramos de CO2 por kilómetro.
Todos los propulsores emplean configuraciones de cuatro cilindros en línea, inyección directa y sobrealimentación, además de tracción delantera o total Quattro y cajas de cambios manuales de seis relaciones o automáticas secuenciales S Tronic de doble embrague. El de partida será el gasolina 1.4 TFSI, con 140 CV, 250 Nm y sistema de desconexión automática de dos cilindros cuando se busque reducir consumo, con lo que consigue un gasto medio homologado de 4,7 litros y unas emisiones de 109 gramos de CO2 por kilómetro; si bien sus prestaciones son muy destacables, con 8,4 segundos de 0 a 100 km/h y 213 km/h de velocidad máxima. El segundo gasolina en llegar será el 1.8 TFSI, con 180 CV, 250 Nm, 7,3 segundos acelerando, 232 km/h, 5,7 litros de gasto medio y 135 gramos de CO2 por kilómetro. La gama inicial se completa con el diésel 2.0 TDI de 150 CV, 320 Nm, 8,4 segundos de 0 a 100 km/h, 213 km/h de punta 4,2 litros de consumo medio y 108 gramos de emisiones.
Estos sobresalientes rendimientos se acompañan de un chasis dotado de un eficaz y confortable esquema de suspensiones, con eje delantero MacPherson con brazos transversales y cojinetes giratorios realizados en aluminio, además de bastidor auxiliar de aluminio, y eje trasero de cuatro brazos. A destacar que en las deportivas terminaciones Ambition y S Line la altura de la carrocería se rebaja en 25 milímetros, así como la incorporación del bloqueo transversal electrónico en el control de estabilidad electrónico (ESC) en toda la gama.
En definitiva, Audi vuelve a poner la tecnología y el diseño al servicio de los apasionados del automóvil, para disfrutar tanto en parado como en movimiento.