Ya tenemos encima nombres de empresas donde se avisa de que se aplica el convenio estatal.
Es un despropósito, pensamos que va a generar una situación de muchísima inseguridad y conflictividad y no estamos de acuerdo con esa valoración que están haciendo las organizaciones empresariales de que se puedan modificar las condiciones de trabajo de la gente pasando de un convenio a otro. Pensamos que aunque los convenios han decaído hay mucha tela que cortar todavía en este intento de la patronal de modificar las condiciones de trabajo.
Se da el caso de una empresa de Mungia que pasa un trabajador de cobrar 1.200 euros a cobrar poco más de 600.
Sí, es uno de los casos extremos. En el Metal de Bizkaia hay un convenio de eficacia limitada que suscribimos CCOO y UGT y en ese convenio se recoge expresamente que si no hay otro convenio que le sustituya este permanecerá vigente.
Entonces una de las vías será como en este caso acudir directamente a los tribunales.
La primera vía es el conflicto sindical, pero es verdad que se va a generar una situación de muchísima incertidumbre porque va haber sentencias en distintos sentidos y estoy convencido que se van a dar sentencias incluso contradictorias que afecten a una misma empresa.
¿Va a continuar la alianza estratégica entre CCOO, UGT y LAB?
Desde luego ellos con nosotros pueden contar y nosotros contamos con ellos. Veremos cómo evolucionan las cosas, ahora es más previsible un escenario de confrontación y si hay alguna posibilidad de reconducir este disparate nosotros vamos a estar ahí e instamos tanto a UGT como a LAB a que estén ahí.
La patronal buscaba este escenario sin convenios de sector y también ELA lo buscaba.
Hay una confluencia de intereses entre la patronal y ELA en los últimos quince años, hacia un sistema para rentabilizar afiliativamente y romper los escenarios de solidaridad de los convenios sectoriales.