BILBAO. Tres nuevas entidades financieras han decidido sumarse al plan de financiación de circulante para pymes y autónomos del Gobierno vasco. Bilbao Vizcaya Argentaria, Banco Popular y Bankinter firmarán el próximo lunes el convenio de colaboración junto con las seis cajas y bancos que ya habían dado el sí y las sociedades de garantía recíproca Oinarri y Elkargi. A la espera de la participación de los fondos de pensión, se completa así la primera fase del esquema del programa de liquidez para las empresas de tamaño reducido y los profesionales, las que tienen más problemas a la hora de acceder a las líneas de crédito.

El lehendakari presidirá la firma y, como ya hizo con la presentación del proyecto de Presupuestos y el Plan de Empleo, para subrayar la importancia que otorga el Ejecutivo a un programa que será clave en la reactivación de la economía.

En el acto, que tendrá lugar en la sede de la Lehendakaritza, también participarán los consejeros de Hacienda y Finanzas, Ricardo Gatzagaetxebarria, y de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia; los dos departamentos sobre los que recae principalmente el peso de la lucha contra la crisis.

En la nómina de apoyos a la actuación también figuran Kutxabank, Caja Laboral Ipar Kutxa, Banco Sabadell Guipuzcoano, Bankoa Credit Agricóle, Banco Santander y Caixabank. De modo que todos los grandes operadores bancarios con actividad en la CAV apoyarán la iniciativa y colaborarán a la hora de poner a disposición de las empresas los 600 millones de euros previstos en el programa.

Y se comprometen por tanto a atender las necesidades de financiación de las pymes y autónomos que pasen el filtro de las sociedades de garantía recíproca. Las operaciones contarán además con el aval del Gobierno vasco y de las propias entidades de garantía para que los riesgos sean compartidos.

El programa de circulante abrirá así las puertas de los bancos y cajas para que las empresas puedan renegociar su deuda, pagar a sus proveedores o financiar nuevos pedidos. Una de las principales demandas de la patronal, que lleva años lamentando los problemas a los que se enfrentan los empresarios cuando solicitan un préstamo. El grifo ha estado cerrado para muchos y para casi todos el agua que salía era apenas un hilo. En principio, el Gobierno ha activado una línea inicial de crédito de 300 millones de euros para que las empresas tengan fondos disponibles inmediatamente, en cuanto superen el filtro de Elkargi y Onairri. El presupuesto se ampliará cuando se agote, respondiendo a las necesidades de las pymes, con el límite de los 600 millones en créditos comprometidos en el convenio por las nueve entidades financieras.

La estructura del plan se completará los próximos meses con la participación de las entidades de prestación social voluntarias (EPSV), cuya patronal considera "asumible" la propuesta del Gobierno vasco para que los fondos de pensiones de la CAV participen de forma indirecta en la financiación de las pymes y autonómos vascos. La música les suena bien y están a la espera de que se concrete la letra, principalmente las modificaciones normativas que requiere la operación, para sumarse a título individual al plan de circulante activado por Lakua.

Las posturas están más cerca de lo que se intuía en un principio y, de hecho, la Federación de EPSV considera que el panorama puede estar despejado en el plazo de un mes. En ese momento, cada entidad de previsión decidirá si participa o no en la iniciativa del Gobierno vasco, y a día de hoy ninguna rechaza hacerlo de partida.

Siendo esa la postura oficial de la Federación de planes de pensiones, el director del fondo de ahorro de los funcionarios del Gobierno vasco, Itzarri, José Ignacio de Pablo, se ha mostrado esta semana todavía más favorable. De Pablo aseguró el miércoles en el Parlamento que su entidad cuenta con 42 millones de euros que pueden ponerse "desde mañana" a disposición de pymes y autónomos.