Bilbao. Los mercados llevan asaltando las portadas de diarios e informativos en España desde hace año y medio, hasta el punto de que los lectores se han familiarizado ya con términos como prima de riesgo o spread. Es la crisis de la deuda europea la que ha provocado que, semana a semana, la evolución de las bolsas y los mercados hayan saltado a la actualidad informativa. Un buen experto en toda esta materia es Agustín Garmendia, consejero director general de Norbolsa, la sociedad de valores de las cajas vascas que matiza que la evolución de las bolsas mundiales apunta hacia una estabilidad que a corto plazo debe materializarse.
¿Cuál es la situación real de los mercados actualmente?
Pese a que 2012 ha sido un año cargado de negatividad en lo económico, lo cierto es que en lo bursátil, la evolución no ha sido tan mala, a nivel mundial. Las bolsas de referencia de Norteamérica y Europa han tenido una evolución positiva considerable, de entre un 10 y un 15%. En Europa el motor de esa mejora es la bolsa alemana, el Dax, que ha crecido en torno a un 25%. La española, el Ibex 35, es la que peor evolución ha tenido, porque, aunque con la misma tendencia de las demás, la recuperación no le ha permitido dejar los números rojos en lo que va de año.
Pero ha habido altibajos.
Sí. Los gráficos mundiales son muy claros. El año empezó mal, veníamos de un 2011 muy complicado. Con todo, la crisis se agudizó en verano, cuando las bolsas cayeron a mínimos y las primas de riesgo de países como Italia o España tocaron techo. Desde entonces ha habido una recuperación importante y ahora estamos en una fase de consolidación, que se tiene que confirmar en los próximos meses.
¿Y qué ha pasado para que se haya producido esa mejora?
Sobre todo las medidas que ha acordado el Banco Central Europeo ante la crisis de la deuda europea. En septiembre su presidente, Mario Draghi, anunció que él estaba dispuesto a actuar para garantizar la continuidad del euro, que desde algunos sectores se intentaba poner en cuestión. El paso previo es que los países pidan la intervención del fondo de rescate permanente de la Unión Europea (MEDE). Pero el paso dado por Draghi contribuyó a la mejora.
Por eso han bajado también los diferenciales de la prima de riesgo.
De forma considerable. De unos 600 puntos básicos al entorno de los 400, en el caso de España. Pero los tipos que pagan España o Italia por su deuda siguen siendo muy altos. A diez años España paga el 5,5%. La situación en ese sentido no es estable por lo que es necesario que la segunda parte del programa del BCE se lleve a la práctica. Si se pidiera la intervención, habría una nueva reducción de los tipos, una nueva mejora.
¿Se refiere a un rescate?
De facto, España ya es un país rescatado. No hay más que ver cómo, tras la situación desatada principalmente por el caso Bankia y la petición del rescate bancario, el Gobierno Rajoy ha aplicado medidas como la subida del IVA o la supresión de la paga extra. Esa batería de propuestas fue derivada de ese rescate. Para el Gobierno fue muy duro y yo creo que ese hecho influye en su reticencia a pedir este segundo rescate. Pero la realidad es que sería una asistencia para mejorar la posición en los mercados de deuda. Es importante que la medida propuesta por el presidente del BCE se concrete en toda su extensión, no quedarnos a medias.
Pero en toda esta crisis, la política, los intereses políticos, han primado sobre los económicos.
Lo económico y lo político están absolutamente entrecruzado. Lo que está en cuestión es la irreversibilidad del euro. Cuando las decisiones políticas en Europa y en los países del euro van en ese camino los mercados se tranquilizan. Pero cuando las decisiones, como en el caso de la unión bancaria, un tema fundamental para la consolidación del euro, sufren un revés, porque en junio se acordaron unas condiciones que se han ido deteriorando, se hace daño a la fortaleza del euro.
Entonces, ¿faltan pasos por dar?
Desgraciadamente esta crisis está siendo muy larga porque entre otras cosas la gobernanza europea es muy compleja. En el euro son diecisiete países y las decisiones son para los diecisiete. Eso hace que las decisiones además de complejas sean lentas, cuando los mercados viven en otro ritmo, otra velocidad. Eso ocurre también dentro de cada país. Es absolutamente necesario consolidar las decisiones en la vía europea.
¿La salida de esta crisis pasa por más Europa?
Todo el mundo está de acuerdo en que la solución a la crisis del euro es más euro. Incluso se han dado ya avances importantes. A eso responden los esfuerzos de consolidación fiscal de países como Italia o España. Lo que hace falta es consolidar los pasos dados en la construcción europea. Es evidente que una unión bancaria europea es compleja, pasar de diecisiete sistemas bancarios a uno no se puede hacer de la noche a la mañana, pero es muy importante que se adopten decisiones políticas fuertes para la implementación de esa unión bancaria aunque luego la puesta en marcha se haga de forma gradual. En la historia del euro, los procesos son más largos y complicados de lo que deberían. Y ese riesgo está ahí.
Eso no ocurre en países como los Estados Unidos, ¿no?
Si comparamos, ¿por qué los índices bursátiles y los ratios de deuda han mejorado en una situación de crisis tan compleja? Fundamentalmente porque tanto la Reserva Federal como el BCE tienen claro que son fundamentales para la evolución de los propios mercados. En el caso de EE.UU. la Reserva Federal actúa con una claridad total en el apoyo de las políticas monetarias a la recuperación económica.
El mundo está pendiente de qué sucede en EEUU con el denominado 'abismo fiscal'.
El riesgo del abismo fiscal significa que es absolutamente necesario que en el Congreso y el Senado estadounidenses se llegue a un acuerdo entre los dos partidos y el presidente Obama para establecer una senda de corrección del déficit. Yo creo que tras el triunfo claro de Obama se va a dar ese acuerdo, que por otra parte es muy importante para el desarrollo económico del país. Porque EE.UU. está creciendo y creando empleo. Ese acuerdo, unido al firme apoyo de la Reserva Federal a las políticas monetarias, harán que EE.UU. siga avanzando en su recuperación y con ello empuje al resto de economías del mundo.
¿Y en Europa?
A nivel europeo estamos en una situación más crítica derivada de la recesión. Europa está parada en el crecimiento económico. Es necesaria una actuación decidida del Banco Central Europeo y de los organismos europeos para salir cuanto antes de esta recesión que es el problema principal que afecta a la gente. Es decir, hace falta que la economía europea arranque. Si la economía americana lo hace, si China, como indican los últimos datos ya ha tocado fondo y puede volver a crecer de forma importante y con ella otras países emergentes, es muy importante que Europa salga de este letargo. Para eso hace falta una actuación muy decidida del BCE y la culminación o un avance significativo de las políticas comunes del euro: unión bancaria, unión fiscal y más a largo plazo, la unión política.
¿Cómo se presenta el próximo año, se ve una salida en ese túnel?
En 2013 nos jugamos esa salida de la crisis. Estamos en un momento de dudas e incertidumbre. Los mercados van siempre por delante de la economía real e indican que se están moviendo. Ahora lo que está en cuestión es si lo mercados van a empezar a denotar esa salida de la crisis o no. La evolución de los primeros meses de 2013 será clave para la salida de la crisis. La primera parte del año servirá para ver como los mercados perciben esa mejora, si realmente es un ejercicio que va hacia la salida de la crisis o no. El 2013, a nivel macroeconómico, en Europa y especialmente en España va a ser un año muy malo, pero es posible que los mercados, a lo largo del ejercicio empiecen a tener un comportamiento más positivo, antecediendo a esa mejora económica que vendrá después.