BILBAO. El ERE prevé la posibilidad de que algunos de los trabajadores sean recolocados en otros centros de la compañía.

Esta medida, según ha explicado la empresa en una nota, se debe a la necesidad de la compañía de "reestructurar su capacidad productiva en base a la demanda del mercado". La de Valencia quedará como la única planta productiva en el Estado.

"La decisión de concentrar la producción en Valencia responde a la mayor eficiencia y menores costes de dicha planta, que también emplea un número mayor de trabajadores", ha señalado la empresa.

Richard Pollington, presidente de Formica Group en Europa, ha afirmado, a través de un comunicado, que entiende "que se trata de un momento difícil para los trabajadores y sus familias".

"La planta de Galdakao -ha dicho- ha sido una parte importante del Grupo Formica durante 66 años y su contribución en todo este tiempo ha sido muy significativa desde el punto de vista de la producción y la innovación, influyendo en el conjunto de la compañía. Sin embargo, la dramática y sostenida caída del mercado español nos fuerza a proceder a su cierre", ha recalcado.

La compañía ha explicado que esta decisión se debe al exceso del la capacidad productiva de la firma en España, donde estaban dos de las cuatro plantas del grupo especializadas en la producción de laminado de alta presión. "El cierre de una de ellas permitirá una reducción de costes y seguir manteniendo una presencia importante en el mercado", estima la empresa.

Las plantas de Valencia y Galdakao, según Formica, representan en conjunto en torno al 40 % del total de la capacidad productiva europea y, sin embargo, España supone sólo el 14 % de la demanda total europea.

Desde 2008 las ventas de Formica S.A. se han reducido en conjunto en más de un tercio, y en más del 50 % en el caso del mercado español, según sus propios datos.

Además en los últimos cuatro años, según ha explicado en su nota, el grupo ha acumulado pérdidas (medidas en resultados antes de intereses e impuestos) de 25 millones de euros.