Madrid. Los mercados vivieron ayer otra jornada negra que hundió la bolsa a niveles del 2003 y colocó la prima de riesgo en máximos, 638 puntos, arrastrados por los nuevos anuncios de auxilio financiero a las autonomías.

El anuncio de que Cataluña pedirá también financiación al Estado, como la Comunidad Valenciana y Murcia, sentó como un jarro de agua fría en la bolsa y en el mercado de deuda, que iniciaron la jornada en positivo tras el desplome de las dos últimas jornadas.

Pero el optimismo no duró más que un par de horas, y a media mañana el temor a que España no sea capaz de cumplir con sus compromisos financieros y se vea obligada a pedir un rescate provocó nuevas pérdidas.

Al cierre, el Ibex 35 perdió un 3,58%, 221 puntos, hasta colocarse por primera vez desde marzo del 2003 por debajo de los 6.000 puntos, en concreto en 5.956 puntos.

En el mercado de deuda, la prima de riesgo cerró a 638 puntos básicos, lo que supone un nuevo récord desde que se implantó el euro.

La rentabilidad del bono se situó también en zona de máximos, en un 7,62%, en un nivel que los analistas consideran "de rescate", ante la incapacidad de un Estado de financiarse a estos precios. Aunque el Tesoro logró colocar 3.048 millones de deuda, mucho más del objetivo previsto.

En el resto de plazas europeas, las pérdidas en la bolsa fueron menores, un 0,45% en el caso de Fráncfort, un 0,87% en París y un 0,63% en Londres. En el Ibex, pocos valores se salvaron de la quema, entre ellos el Banco Sabadell, que hoy presenta sus primeros resultados tras la integración de la CAM y que ganó un 3,56%, así como Caixabank, que subió un 2,34%

evitar el rescate Según los expertos, detrás de estos desplomes se encuentran las dudas de que España pueda cumplir con sus obligaciones ante la necesidad de auxiliar a las comunidades autónomas, en un entorno de recesión y de falta de financiación en los mercados exteriores.

Varias firmas de análisis y servicios de estudios comenzaron a barajar los escenarios sobre los que España pediría auxilio financiero a las autoridades financieras y al BCE, y varios de ellos hablaron de una cifra de 300.000 millones de euros. Capital Económics recogió en un informe que la posibilidad de un rescate español es cada vez mayor, como muestra la fuerte presión de los mercados, pese a que el Tesoro cuenta con liquidez suficiente para aguantar el verano. Solo una intervención decidida del Banco Central Europeo mediante la compra de deuda, afirmaron los expertos, podría revertir esta situación y evitar el rescate, dijo esta firma, que alertó, no obstante, de que un rescate a España dejaría los fondos "agotados" para atender a Italia o prestar más ayuda a Portugal o Irlanda.

Para Ahorro Corporación, sin la intervención del BCE, el alto nivel en el que se encuentra la prima de riesgo de España "podría mantener la presión sobre la deuda española en el corto plazo, al menos hasta septiembre".

Según el economista jefe de Saxo Bank, Steen Jakobsen, se está acabando el tiempo y el espacio para que la Unión Europea siga intentando "prolongar y disimular" su incapacidad para resolver la crisis de la deuda. En su opinión, la emisión de ayer de la deuda sólo demuestra que el rendimiento del bono español a diez años no parece tener límite. La mayoría de las personas, recordó Jakobsen, olvidan que el mercado de deuda pública de España ya no es un mercado real, puesto que sólo intervienen en él dos compradores netos: el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos españoles que usan la liquidez del BCE.

Los mercados estaban también ayer pendientes de la reunión del ministro de Economía, Luis de Guindos, con su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, para hablar de la situación de los mercados y de las posibles medidas para atajar la crisis, aunque no se esperaba ningún anuncio oficial.

Por su parte, el analista de XTB Pablo del Barrio se preguntó qué habría ocurrido ayer sin la prohibición de las ventas a corto: "Probablemente las caídas hubieran sido más severas", aseguró. Para Del Barrio, la situación es "muy crítica" ante la falta de liquidez derivada de la inactividad del BCE, que a su juicio "sigue retroalimentando el círculo vicioso". "Alemania tiene la respuesta", subrayó.