El 'no' de Mubadala reabre el debate sobre el accionariado de Aernnova
ELA pide a las instituciones locales que se impliquen en la firma aeronáutica "Sólo les pedimos que hagan lo mismo que vienen haciendo sus homólogos en otras comunidades"
Vitoria. La negativa del fondo de inversión Mubadala a continuar negociando con Aernnova para adquirir parte de su accionariado -noticia que se confirmó hace escasos días- ha vuelto a reabrir el debate sobre el futuro consejo de dirección de la compañía alavesa. Aún tratándose de una sociedad privada, su trayectoria en Álava y sobre todo su reconocida carga social constituyen hechos innegables, de ahí que las dudas sobre el futuro de la compañía vuelvan a estar encima de la mesa. La interpretación del no de Mubadala, brazo financiero del emirato de Abu Dhabi, ofrece tantas versiones como prismas desde los que se mire. Así, mientras que al consejero de Industria, Bernabé Unda, parece no preocuparle ni la propia decisión ni el país de procedencia del inversor que pretende Aernnova -"nos es indiferente de donde sea, lo importante es que la empresa tiene proyecto, es competitiva y sigue vendiendo", respondió a este diario el pasado miércoles-, el comité de empresa ha encajado esta "sorpresa" como una oportunidad para capitalizar el accionariado de la multinacional alavesa con fondos vascos. Concretamente con los que aporten las instituciones vascas y alavesas, a las que el sindicato ELA emplazó ayer a que se "impliquen" en la factoría de estructuras aeronáuticas "al igual que hacen los gobiernos de otras comunidades", observó esta central en clara alusión a la apuesta de Castilla La Mancha por desarrollar en Toledo un pool aeronáutico avanzado. La empresa que preside Iñaki López Gandásegui inauguró a comienzos del pasado año en la capital toledana una de sus últimas plantas, en la que fabricará parte del A350. Según el comunicado de ELA, los actuales dueños son instituciones financieras controladas por la clase política de diferentes comunidades, "entre las que no está Euskadi", matizó este sindicato, que no sólo se mueven por decisiones puramente industriales, sino que también buscan otro tipo de rentabilidades "sociales" como la creación de puestos de trabajo. Por esta razón, y en vista de que el 71% del accionariado se encuentra en estos momentos en manos de empresas o fondos controlados por gobiernos de otras comunidades o de otros países -Banco Espírito Santo (26%), CCM (23%), EBN Banca de Negocios (11%) e Isolux (11%)-, ELA pidió ayer "una vez más" a todas las instituciones vascas y alavesas para "que hagan lo mismo que hacen sus homólogos de otras comunidades".
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