Bruselas. Dos acuerdos prácticos se cerraron ayer en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE para empezar a componer el plan contra la crisis de la deuda, y ninguno de los dos desconocido: la elevación hasta un 9% de la exigencia de capital de alta calidad a los grandes bancos del continente, y la prohibición del reparto de beneficios a aquellas entidades que pidan ayudas públicas para recapitalizarse y cumplir con el nuevo límite de solvencia. Sólo una novedad, y es la del calendario ya que los líderes europeos acordaron que los grandes bancos deberán cumplir con estas exigencias antes del 30 de junio de 2012, es decir, tienen nueve meses.
Respecto a la fórmula para esa recapitalización, las entidades deben alcanzar el nuevo ratio tras valorar a precio de mercado la deuda pública que tienen en su cartera con precios del 30 de septiembre. En el caso de España, eso supondría una deprecación de menos del 2% en sus bonos soberanos, según dijo el sábado la vicepresidenta Económica, Elena Salgado.
No obstante, los líderes europeos eludieron concretar cuánto capital necesitarán estos bancos sistémicos para cumplir las nuevas exigencias (el sábado se calculaban 100.000 millones). Y es que lo que aún se sigue negociando son dos cuestiones clave: qué se entiende por capital de máxima calidad y cuál será el porcentaje de pérdidas que deban asumir los grandes bancos sobre los bonos griegos (la denominada quita). Sobre la primera cuestión España presiona para que los bonos convertibles sean considerados fondos de calidad; sobre la segunda cuestión, ayer no quedó definida (aunque Alemania habla de porcentajes entre el 50 y el 60%) y los líderes de la UE dejaron la discusión para los ministros de Economía.
a la espera De todas formas, estas medidas no se podrán poner en marcha hasta que se apruebe el plan integral contra la crisis de la deuda que incluye además el refuerzo del fondo de rescate (FEEF) para países endeudados. "La recapitalización de los bancos ha sido acordada, pero sólo se impulsará cuando las otras partes del paquete reciban luz verde", explicó el primer ministro británico, David Cameron, al término de la reunión de ayer. El quid de la cuestión es que las decisiones sobre la quita de deuda griega y el refuerzo del FEEF deben ser aprobadas por los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 sin la participación de los 10 Estados miembros que no están en la eurozona.
Y al respecto, ayer no hubo más que un acuerdo político para expresar la voluntad de llegar a una salida unitaria a la crisis. Eso sí, hay un hecho referencial, y es que la canciller alemana, Ángela Merkel, ya no tendrá que dar cuentas ante el Bundegstad para tomar decisiones puesto que el Parlamento Alemán, por mayoría absoluta, decidió ayer respaldar sus gestiones.