Vitoria. El tejido empresarial alavés está a punto de perder a otra de sus compañías históricas. Si en los últimos meses ya corrieron esta misma suerte hermanas como BH, Kemen, Ceplastik, Saunier Duval o el fabricante de frigoríficos Daewoo, que sólo hace siete días presentó un Expediente de Extinción para 147 trabajadores, el drama se instaló ayer en Esmaltaciones San Ignacio, cuya sede se encuentra precisamente en Jundiz, al lado de la de la firma surcoreana. Coincidencias al margen, el regreso de las vacaciones para los 89 trabajadores de esta firma de menaje de cocina no pudo ser más desagradable. Dos vigilantes jurado apostados desde las seis de la mañana en su puerta principal les impidieron la entrada a la fábrica alegando el escueto mensaje de que "hoy no está prevista ninguna producción".
En previsión de las reacciones, la compañía abonó el terreno de su polémica decisión en los días previos enviando a todos los trabajadores a sus respectivos domicilios un burofax instándoles a alargar su periodo vacacional hasta nueva orden. Ese documento, que no tuvo acuse de recibido por muchos de los empleados, garantizaba el pago de dichos días pero hacía presagiar también una decisión sospechosa que la plantilla calificó ayer de "vergonzosa". Ya el año pasado la plantilla de Gateor, dedicada al plástico en su antigua sede de Campo de los Palacios, "fue engañada de la misma forma y al final, cuando regresaron al trabajo, la empresa había desaparecido", recordaba un representante sindical.
Presencia policial Por eso ayer, nadie faltó a su trabajo. Conforme avanzaba la mañana la tensión en el número 25 de la calle Zurrupitieta iba en aumento. Al filo de las nueve se personó en las instalaciones parte del equipo directivo -y propietario- de la compañía, que solicitó el acompañamiento de la Ertzaintza para acceder a las oficinas. Una hora después, ante la insistencia del comité de empresa, la dirección accedió a celebrar una reunión de urgencia para tratar de esclarecer los hechos. Nada cambió. Y la empresa anunció a los representantes de los trabajadores el bombazo: liquidaba la compañía. Confirmó que el pasado 2 de septiembre presentó ante el Juzgado de lo Mercantil un Expediente de Extinción para todos los trabajadores (89) de la plantilla de la sociedad Esmaltaciones San Ignacio, una de las firmas que conforma este grupo empresarial y que comparten sede en Jundiz. Escudó el cierre en sus problemas para acceder al crédito, la caída de la demanda y, sobre todo, la imposibilidad para hacer frente a los compromisos adquiridos con los acreedores durante el proceso concursal.
En vista de la inminente liquidación de la empresa, los delegados sindicales iniciaron ayer mismo los trámites para acordar un encuentro con el Juzgado de lo Mercantil y, posteriormente, con los administradores concursales que a partir de ahora tutelarán el proceso de liquidación. El objetivo es poder demostrar de forma objetiva que la empresa es "rentable" y que los intereses de la dirección no son otros que "disfrazar esta deslocalización para poder seguir comprando productos a China o fabricarlos en su planta de Tánger (Marruecos) a un coste muchísimo más bajo", denunció el asesor legal de LAB, Santiago Díaz de Espada.
Impotencia y desamparo A jucio de la plantilla, la decisión de la empresa ya estaba tomada "mucho antes" incluso de que el pasado 19 de mayo sellara con el comité un Expediente de Regulación de Empleo hasta el próximo 31 de diciembre. Este acuerdo venía acompañado además de un convenio que la plantilla aceptó al completo y que garantizaba el futuro de la actividad de la histórica firma, que hasta la fecha producía sartenes, baterías de cocina y antiadherentes.
Ayer todo eso saltó por los aires. Y la impotencia y el desamparo pronto se apoderaron del ánimo de trabajadores como Vicenta, que con casi 40 años de carrera en San Ignacio apenas pudo contener la emoción: "Lo que más me duele es que me han quitado el pan nuestro de cada día por la espalda", clamó ante los micrófonos de Radio Vitoria. Otro compañero abundó en la misma decepción pataleando como un niño "porque es lo único que nos queda hacer; pero del pataleo no como", lamentó.
A la espera de noticias desde el Juzgado de lo Mercantil, los trabajadores celebrarán hoy una asamblea en el exterior de la empresa donde previsiblemente se aprobará un calendario de movilizaciones para los próximos días, y volverán a reunirse con la dirección la semana que viene. También, al igual que ayer hizo la plantilla de Daewoo y anteriormente llevaron a cabo Mercedes Benz o Saunier Duval, los trabajadores de Esmaltaciones pedirán una reunión con el alcalde, Javier Maroto, para exponerle de primera mano la gravedad del asunto.
Lazcoz, twitter y la comisión Será precisamente esta opción municipal una vía con ciertas posibilidades de recorrido que ayer a media tarde encendió Patxi Lazcoz en twitter al pedir al equipo de Gobierno la reactivación de la comisión de seguimiento que en su día -durante la primera legislatura de Alfonso Alonso (PP) como alcalde- se creó en el Ayuntamiento para velar por el cumplimiento de los acuerdos alcanzados con Esmaltaciones tras la recalificación de los terrenos de su antigua sede en Campo de los Palacios. De aquel acuerdo entre Vitoria y la empresa para facilitar la mejora de sus instalaciones en un emplazamiento de Jundiz a cambio de la recalificación de los terrenos y que contó con el visto bueno de la plantilla, brotaron una serie de compromisos que con el tiempo, a juicio de los trabajadores, se han demostrado "invisibles". Ni se ha garantizado el empleo ni las cuantiosas plusvalías derivadas de aquella operación urbanística se han invertido en las instalaciones, denuncian los sindicatos.
"Este asunto puede marcar un punto de inflexión en el futuro del Ayuntamiento. Está en juego la confianza de la institución, que ha de esclarecer con rigor lo que ha ocurrido en Esmaltaciones. Sería un escándalo mayúsculo mirar para otro lado y asumir que una recalificación urbanística puede ser la solución de una compañía con problemas", advertía ayer al telefóno el socialista Lazcoz.
Aunque el equipo de Javier Maroto no recogió de forma expresa el guante lanzado por el exregidor municipal sí reconoció a través de un portavoz que esta semana abordará el asunto en la Junta de Portavoces y cerrará un encuentro con la propia empresa. "Necesitamos toda la información posible y pedimos la máxima cautela con un tema tan delicado", añadió la misma fuente. Extraoficialmente, también desde el Consistorio vitoriano se pidió ayer a organismos empresariales como SEA Empresarios Alaveses o la Cámara de Comercio la necesidad de dar "un paso al frente" para evitar que cundan ejemplos "tan polémicos y desagradables" como los surgidos en las últimas semanas. Ninguna de estas entidades se manifestó ayer públicamente.
Reunión en Mercedes Por otra parte, no muy lejos de la fábrica de Esmaltaciones, tendrá lugar esta mañana una nueva reunión en Mercedes entre su dirección y los representantes de UGT, CCOO, Ekintza y USO -la mayoría del comité de empresa con 14 delegados de 27-, ya que el resto (ELA, LAB, ESK y CGT) decidió antes del verano renunciar a sentarse con la dirección al considerar su oferta "inasumible" y "provocativa". En este ambiente de división está en juego la negociación del nuevo convenio colectivo, de cuyo resultado dependerá la adjudicación por parte de Alemania del nuevo modelo que en 2014 sustituirá a la Vito y la Viano. Si la fábrica de Ali Gobeo, que emplea de forma directa a 3.200 trabajadores y otros 10.000 indirectos, logra ese gordo, se asegurará una carga de trabajo para los próximos 15 años. Ante semejante incentivo, la pregunta es: ¿hasta dónde están dispuestos a ceder los trabajadores ante las exigencias laborales de la multinacional?