BILBAO. Medidas inusuales y con fecha de caducidad para hacer frente a la crisis. El Gobierno español apostó ayer de nuevo por esa vía, ya explorada con la reducción del límite de velocidad en las autopistas, y anunció una rebaja del IVA en la compra de vivienda nueva hasta final de año. El impuesto se recorta a la mitad, del ocho al cuatro por ciento, con la esperanza de que esa rebaja -4.000 euros por cada 100.000 en escrituras- relance la actividad inmobiliaria en un momento delicado en el que cobra fuerza la posibilidad de una recaída de la economía.

"Con esta medida pretendemos dar salida al stock de viviendas y reactivar el sector de la construcción, donde hay demanda potencial, pero al haber stock es muy difícil el acceso al crédito", explicó el ministro portavoz, José Blanco, quien compareció ante la prensa junto a la vicepresidenta económica, Elena Salgado, para informar sobre el paquete de iniciativas que aprobó ayer el primer Consejo de Ministros extraordinario de agosto.

La rebaja del IVA inmobiliario fue la única sorpresa. El Ejecutivo Zapatero ya había anunciado su intención de modificar el Impuesto de Sociedades para que las grandes empresas ingresen antes en Hacienda el denominado pago a cuenta. El Gobierno central recaudará unos 2.500 millones de euros, anque se trata solo de un adelanto de los deberes tributarios para las compañías que facturen más de veinte millones de euros, menos del 1%.

También se dio luz verde al Decreto de Ley Farmacéutico, que implanta la prescripción de medicamentos genéricos frente a los de marca y modifica el sistema de precios de las medicinas. Madrid confía en ahorrar unos 2.400 millones de euros de con esta medida.

Son todas actuaciones encaminadas a tener bajo control el déficit, que debe situarse al cierre del ejercicio por debajo del 6% del PIB. El Ejecutivo socialista insiste en que el objetivo se cumplirá con los ajustes realizados hasta ahora, pero quiere tener un colchón para evitar sobresaltos de última hora. Todo un salvavidas en un momento en el que Europa estudia medidas para penalizar a los estados que no cumplan con el límite de deuda fijado.

Incluso la rebaja del IVA de los pisos nuevos apunta en esa dirección porque, como reconoció ayer Blanco, es mejor ingresar la mitad del impuesto que permitir que el stock siga engordando, con las ventas y la recaudación bajo mínimos. "El IVA de una vivienda que no se vende es cero", dijo el portavoz de Zapatero, intentando aclarar el encaje de la rebaja fiscal transtitoria en la filosofía de aumentar ingresos y reducir gastos. También sirvió de argumento ante la aparente incoherencia de rebajar el IVA reducido inmobiliario apenas doce meses después de subirlo el general.

reacciones La vicepresidenta lidió con otra incómoda pregunta. Si el sector necesita estímulos fiscales, ¿por qué se limitaron las deducciones por vivienda? Salgado afirmó que sigue considerando la modificación de la fiscalidad de la vivienda como una "buena decisión". En el ámbito político, la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, criticó el "carácter recaudatorio" de las medidas y afirmó que es necesario que el Gobierno apruebe un plan "de verdad", de impulso del crecimiento económico y de la creación de empleo, y "no parches". CiU, a través de su portavoz en el Congreso, Josep Antoni Duran, avanzó que su partido se abstendrá el martes en la votación en la Cámara Baja por su rechazo a la modificación del Impuesto de Sociedades, aunque "ve con buenos ojos" las otras dos medidas.

No hubo una acogida unánime desde el sector a la subida del IVA. Los promotores inmobiliarios aplaudieron la medida, mientras que los constructores afirmaron que sus efectos positivos serán limitados. Las asociaciones de consumidores y los sindicatos la consideraron insuficiente y desde Facua se denunció que no resuelve los problemas de los trabajadores.

José Blanco y Elena Salgado comparecen ante la prensa tras el Consejo de Ministros extraordinario de ayer. Foto: efe