Vitoria. La aparición del milagro que Epsilon necesita para saldar sus deudas y evitar la quiebra de la empresa podría llegar en los próximos días si el impulsor de la firma automovilística, Joan Villadelprat, adquiere un compromiso por escrito con una consultora bilbaína con la que ya viene trabajando desde hace tiempo y que asegura tener apalabrado en estos momentos hasta tres inversores árabes dispuestos a inyectar los 50 millones de euros que separan a Epsilon de la suspensión de pagos.

Según ha podido saber este periódico, los inversores en cuestión serían un banco de "gran prestigio" de los Emiratos Árabes Unidos, la familia real emiratí y una "gran empresa". "Estamos esperando su llamada. Todo está listo para que inviertan en la compañía, pero hace falta que la empresa dé el paso y asuma un compromiso por escrito de un documento que acredite las comisiones que habrá que abonar en la operación", señalaba ayer un portavoz autorizado de la consultoría. Una vez que dicho acuerdo de comisiones se oficialize, asegura este portavoz, la compañía se pondrá al día con sus cuentas y podrá abonar las deudas con sus acreedores, entre ellos Caja Vital, Kutxa y el propio Gobierno Vasco.

Árabes con el plan Deika Mientras tanto, inversores procedentes también de los Emiratos Árabes Unidos se reunieron ayer en Vitoria con casi una veintena de empresarios alaveses, que expusieron el potencial industrial y exportador del territorio en sectores como el energético, ferroviario y el de las energías renovables. El presidente del grupo emiratí Liwa Group, Salah Salem Bin Omeir Al Shamsi, una de las 50 mayores fortunas del mundo árabe, según la revista Forbes, fue recibido por el diputado general, Xabier Agirre, y la diputada de Promoción e Innovación Económica, Arantza Zenarrutzabeia, a quienes también acompañaron varias compañías involucradas en el Plan Deika, puesto en marcha hace un año para impulsar la diversificación industrial en Álava y desarrollar nuevos sistemas de producción energética.

En este sentido, las numerosas reuniones celebradas ayer sirvieron para explicar al inversor árabe -problemas de presupuesto redujeron la expedición a un solo empresario en lugar de los cinco previstos- la actividad alavesa en áreas como las aplicaciones submarinas, las series cortas, la energía termosolar, el sector ferroviario o la generación distribuida.