El pasado 26 de enero la torre Iberdrola recibió definitivamente su nombre después de varios días de pruebas. Nueve letras de proporciones gigantescas y un logotipo formado por tres hojas cuelgan desde entonces de la fachada acristalada del edificio más alto de Euskadi. Un coloso de 165 metros y 41 plantas diseñado por César Pelli y cuyo impacto visual es evidente desde cualquier punto de la capital vizcaína. De noche, iluminado con el pantone oficial de la compañía, el efecto resulta todavía mayor.

El rótulo de la eléctrica, que se instalará en dos de los frentes de la torre -los que miran en dirección al Guggenheim y al Euskalduna-, fue encargado el pasado mes de noviembre a la firma alavesa Luminosos Regui, que compitió hasta el último momento con un fabricante catalán por el diseño y posterior instalación del rótulo más alto del País Vasco. La cercanía y experiencia de Regui en trabajos similares decantó finalmente la balanza hacia la empresa alavesa, reconoce hoy su fundador, Ángel Ramírez, un industrial que fundó el negocio en 1978 y que cuenta en su haber con marcas como la del BEC, Guggenheim, Palacio Euskalduna o toda la imagen corporativa del Banco Santander en Italia. En el caso de la torre Iberdrola, la instalación del pesado montaje duró una semana. Seis operarios utilizaron una góndola que pendía de una espectacular grúa -para cuyo manejo recibieron un cursillo especial- para colocar con precisión milimétrica cada una de las nueve letras, de dos metros largos de altura cada una y un peso medio de 150 kilos. En total, una tonelada a base de acero inoxidable, metacrilato, vinilo y un sistema luminoso de leds que se suspende a 160 metros. "No ha sido un proyecto de gran impacto económico, pero sí simbólico. Hay pocos rótulos en España instalados a una altura semejante", revela Ramírez.

dorlet

Control de accesos y seguridad

La participación de Regui en el rascacielos vasco no es el único ejemplo alavés. Otra compañía de la provincia, Dorlet, también trabaja desde hace meses en la torre, aunque en un campo bien diferente. En su caso, la tecnológica con sede en Miñano se encargará de instalar el sistema de control de accesos e intrusión de la torre. Esta labor se está llevando a cabo por fases. En estos momentos ya están aseguradas y controladas las zonas neurálgicas del edificio (aparcamiento, accesos generales y zonas técnicas del mismo) y en breve se hará lo propio con la gestión de las señales de intrusión -se utilizarán para enviar información a los sistemas de iluminación- y la integración con el sistema de ascensores, que permitirá al paso de la tarjeta por los portillos de acceso dirigir al usuario a determinados ascensores para optimizar las paradas de los mismos en las diferentes plantas. "De esta forma contribuimos a un aprovechamiento energético de una forma mucho más activa a través de nuestros sistemas de control de accesos e integración", señala Feli Markinez, director general de la compañía. Los sistemas de incendios y lectura de matrículas serán también integrados por el software de esta compañía alavesa, permitiendo un control completo de los sistemas desde un único puesto de gestión,

Dorlet es una tecnológica pionera en su campo que se fundó en 1989 a partir del proyecto de fin de carrera de tres ingenieros, entre ellos Marquínez, su actual director general. La compañía lidera en estos momentos el mercado nacional y cuenta con oficinas propias en Madrid, Barcelona, Sevilla, Tenerife y París.