Vitoria. ¿Se ha preguntado por qué en una España de descentralización del poder político, con la consolidación del Estado de las Autonomías, el poder económico se ha concentrado en Madrid? ¿Por qué el Estado español concentra los headquarters de la inmensa mayoría de las grandes empresas en la capital del Reino, en un proceso que no tiene parangón alguno en Europa, salvo en la centralista Francia?. Pues, entre otros aspectos, la respuesta es bien sencilla. La inmensa mayoría de las empresas que configuran el IBEX-35 dependen, en mayor o menor medida, del BOE, del Boletín Oficial del Estado. Las decisiones del Gobierno de turno condicionan sobremanera los resultados de unas compañías a las que capítulos como libre competencia, mercados abiertos, concepto del riesgo empresarial, independencia del poder político etc están muy lejos de las preocupaciones de su día a día diario.

Vivir a la sombra del político de turno es la principal garantía de seguir ganando dinero para la mayoría de las grandes empresas españolas en un proceso del que no existen precedentes en la mayoría de los grandes países occidentales. Naturalmente en otros países hay lobbys pero la mayor innovación, internacionalización y ventas al mercado del consumo de sus grandes compañías limita su dependencia de las decisiones gubernamentales. Esta semana ha sido noticia que las empresas concesionarias de autopistas solicitan al Gobierno español 800 millones de euros para "cuadrar" sus cuentas. Cómo ha bajado el tráfico de vehículos no consiguen los beneficios esperados porque pagaron muy caro el suelo de las expropiaciones. Esa es la razón oficial.

Las grandes empresas españolas saben poco de mercado abiertos. La mayoría son herencia de las estructuras monopolísticas del pasado relacionadas con los servicios básicos, -energía, comunicaciones-, que siguen viviendo en buena parte de asegurarse las concesiones de los Gobiernos del turno.

Si se repasa la lista de las 35 empresas del Ibex se contempla una primera lista de compañías, las constructoras e inmobiliarias, paradigma de todo lo bueno, menos, y malo, más, acontecido en la última década en el Estado español.

Cuando el beneficio depende de factores tales como una reclasificación de terrenos a tiempo, de la adjudicación de una obra pública (en unas condiciones de precio que luego, en gran porcentaje, se sube bajo la excusa de mejoras varias) o de una concesión cuando vienen mal dadas pasa lo que pasa. Abertis, Acciona, ACS, FCC, Ferrovial, OHL, Sacyr viven con un ojo en el BOE y otro en las sedes de los grandes partidos políticos. Que existan enmiendas Florentino no es noticia en un sector que precisa del Estado para asegurarse su negocio.

Otras compañías que viven del BOE y de tarifas prefijadas son las operadoras de infraestructuras de gas y electricidad: Enagas y REE. Básicamente nadie compite con ellas, independientemente de que gestionen con acierto y competencia técnica, que lo hacen, la labor de transportar el gas natural y la energía eléctrica. Hablar de las empresas audiovisuales, de las televisión en concreto, es hablar también de intervención gubernamental. En el Ibex 35 está Telecinco. Que el Ejecutivo de turno por razones, por lo menos cuestionables, conceda más o menos licencias, permita o retire la publicidad en las públicas etc, condiciona sus resultados por encima de otras consideraciones.

El sector bancario (Santander, BBVA, Banesto, Sabadell, Popular, Bankinter, ) sí se podría decir que, en teoría, compite libremente. De hechos algunos bancos han salido con éxito al extranjero. Pero la crisis ha demostrado que la influencia de algunos, por ejemplo Emilio Botín, ayuda a que el Gobierno de turno legisle de una manera u otra. Que el Banco de España obligue en sus circulares a provisionar los activos, por ejemplo, inmobiliarios devaluados de una manera u otra será decisivo para determinar los mejores o peores resultados. Por no hablar de otras cosas ya que vamos camino de un oligopolio con los procesos de concentración en curso.

De las empresas del áreas de energía: Iberdrola, Endesa, Gas Natural, Gamesa, Iberdrola Renovables, Repsol sólo hay que recordar las reclamaciones continuas al Ejecutivo para que fijen un sistema de tarifas eléctricas adecuado o unas primas a las renovables X, o se defina el déficit de tarifa de una u otra manera para entender la incidencia del BOE en sus cuentas. Por bien que hagan las cosas, caso de Iberdrola o Gamesa en los mercados exteriores, sin una buena relación con el Gobierno español de turno difícilmente podrán mejorar resultados. Las pocas empresas del Ibex que se libran de la sombra alargada del Ejecutivo tienen una compañía de bandera: Inditex-Zara. Casualmente, Amancio Ortega es de los pocos empresarios de verdad y como su éxito internacional no depende del Ejecutivo, mantiene su sede y sus oficinas en Galicia rompiendo el axioma de que hay que estar en Madrid a toda costa para hacer negocios. Arcelor Mittal, Iberia, Ebro Puleva, Técnicas Reunidas, Mapfre, y en menor medida Laboratorios Grifols, Abengoa e Indra son de las pocas libres de la dictadura del BOE.