LONDRES. El grupo aeronáutico británico Rolls-Royce atribuyó hoy al fallo de un "componente específico" del motor Trent 900 el incidente que obligó a un A380 de la compañía australiana Qantas a hacer un aterrizaje forzoso la pasada semana.
Qantas decidió dejar en tierra sus seis superjumbos después de que la explosión registrada en un motor de ese tipo durante un vuelo a Australia produjese un fuego en un derrame de aceite, el pasado 4 de noviembre, y obligase al piloto a aterrizar en Singapur.
El incidente obligó a los operadores de ese modelo a revisar todos los aviones de su flota.
Rolls-Royce, que fabrica el Trent 900, reconoció hoy que los problemas con ese motor van a tener un "ligero" impacto negativo en sus beneficios, pero trató de disipar los temores de los inversores de que el problema pudiera afectar a toda esa familia de motores.
Según la compañía, sólo se vio afectado el modelo Trent 9000, y además el fallo estuvo "limitado a un componente específico" que llevó a un fuego de aceite y a una pérdida de presión de la turbina.
Rolls-Royce señaló que las medidas correctivas que se adopten tras detectarse el fallo permitirán "progresivamente a nuestros clientes reactivar toda su flota".
El director ejecutivo del grupo, John Rose, admitió, sin embargo, que "ese incidente y las acciones subsiguientes tendrán un impacto en los resultados financieros del grupo este año".