Los ex comisarios europeos reciben una compensación anual de al menos 96.000 euros de Bruselas durante los tres años siguientes a dejar su cargo para que "tengan tiempo de encontrar un trabajo tras su mandato" que no implique un conflicto de interés con su antigua función. La indemnización se mantiene incluso aunque encuentren empleo, siempre que su salario no supere los 20.000 euros al mes que cobraban, aproximadamente, cuando eran miembros del Ejecutivo comunitario. En estos momentos, 16 ex comisarios se benefician de esta prestación.