madrid. La tasa española de inflación armonizada -que mide la evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona euro- se situó en agosto en el 1,8%, una décima menos que en julio, ayudada por el abaratamiento de los precios de los carburantes y los combustibles.
Este mismo factor, según la mayoría de los analistas consultados, ayudará a que a lo largo del año la inflación no supere el 2%, a pesar de que en julio haya subido el IVA. Si el indicador adelantado del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) coincide con la inflación general (IPC), que se conocerá el 10 de septiembre, supondría también un descenso de una décima en la evolución de los precios en la cesta de la compra.
explicación La menor inflación en agosto, según el INE, se explica sobre todo por el abaratamiento de los carburantes y combustibles a lo largo del último mes, aunque en comparación con los precios de hace un año, los actuales sigan siendo superiores. Entonces la media del barril de Brent era de 73,06 dólares, frente a 77,22 dólares ahora.
Por otro lado, también influyó la subida de los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, así como un impacto más moderado en los precios tras la subida en julio del IVA, a juicio de los expertos. En ese mes, la inflación armonizada escaló cuatro décimas y se situó en el 1,9%, el registro más alto del indicador en año y medio.
La subida del precio de los carburantes hizo que el IPC alcanzase una cota histórica del 5,3% en julio de 2008, pero a partir de ese momento los precios interanuales comenzaron a moderarse hasta llegar a registros negativos por primera vez en marzo de 2009, que se mantuvieron hasta octubre de ese pasado año.
Desde entonces, el IPCA ha sido positivo hasta alcanzar su máximo el mes pasado, ya que la tasa anterior más alta fue del 2,4% que se registró en noviembre de 2008.
Ahora la duda a la que se enfrenta la economía española es qué sucederá con la inflación en lo que queda de año, ya que, aunque la mayoría de los expertos cree que no superará el 2% al cierre de 2010, dependerá de cómo evolucionen los precios del petróleo y de cómo se traslade la subida del IVA.