madrid. El consejo de administración de la CECA, la patronal de las cajas, eligió ayer por unanimidad como nuevo presidente al máximo responsable de La Caixa, Isidro Fainé, y otorgó una de las vicepresidencias a Amado Franco, presidente de Ibercaja, según informaron fuentes de la organización.
En una comida informal celebrada horas antes de la reunión del consejo de administración, Fainé y Franco cerraron este acuerdo con los otros tres vicepresidentes de la CECA: Rodrigo Rato (Caja Madrid), Modesto Crespo (Caja Mediterráneo) y Braulio Medel (Unicaja).
De esta forma, Fainé pasa a ocupar la presidencia de la CECA en un momento clave para las cajas, inmersas en un proceso de reestructuración al que se le sumará una reforma de la ley estatal de estas entidades en la segunda mitad del año.
El máximo responsable de La Caixa cubre el puesto que abandonó hace poco más de un mes Juan Ramón Quintás, quien supuestamente era más partidario de que le relevara el presidente de Ibercaja. Sin embargo, algunas de las cajas, animadas por entidades de mayor tamaño como Caja Madrid, Bancaja, CAM y Unicaja, alentaron a Fainé a suceder a Quintás y a competir con la candidatura de Franco, la única que estaba presentada antes de que se celebrase la reunión de ayer.
El presidente de Ibercaja era el único que había manifestado públicamente su intención de presentar su candidatura para ser presidente de la patronal, mientras que Fainé fue propuesto por el sector, al considerar que era la persona idónea para trasladar al Gobierno y al supervisor las inquietudes de las cajas de ahorros en este momento de cambios.
Fue el 17 de marzo cuando Quintás presentó su dimisión como presidente de la CECA con el fin de acelerar su relevo y, desde entonces, el director general de la organización, José Antonio Olavarrieta, ha realizado las labores al frente de la patronal. Quintás dejó su cargo con el argumento de algunas cajas de ahorros de que no se podría nombrar a un presidente de la CECA mientras otra persona ocupase ese cargo.
En concreto, ese día el consejo de administración de la CECA no logró el consenso necesario para elegir a la persona que sustituiría a Quintás, candidatos entre los que ya se encontraban Franco y Fainé. Según explicaron fuentes financieras en ese momento, las discrepancias surgieron en torno a si el máximo responsable de la patronal debería ser el dirigente de una gran caja o de una mediana.
Los partidarios de Franco consideraban que él representaría mejor los intereses del sector y de las cajas pequeñas y medianas, mientras que los de Fainé alegaban que era necesario un interlocutor que fuera el responsable de una gran entidad para dialogar con el Ejecutivo.
mucho trabajo El nuevo presidente deberá comenzar a trabajar desde hoy en la reestructuración de las cajas de ahorro. El sector ya descuenta que al menos la mitad de las cajas deberán integrarse y dejar una nueva red fuerte, con menos de 30 entidades, y capaz de competir. Además, el segundo semestre del año podría incorporar de nuevo en la agenda de las cajas un debate aparcado desde hace años y que las propias entidades consideran prioritario: la reducción del peso político en los consejos de administración.