madrid. Los sindicatos y la oposición arremetieron ayer contra la propuesta de reforma laboral que hizo el lunes el Gobierno porque precariza las condiciones de trabajo y es "inútil", en palabras del líder del PP, Mariano Rajoy. Los sindicatos UGT y CCOO criticaron que la propuesta no sea acertada y que la ampliación del contrato de Fomento del Empleo (que supone una indemnización de 33 días por año trabajado) al colectivo de los hombres de entre 30 a 45 años suponga precarizar el mercado de trabajo.

Sin embargo, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, se defendió de las críticas con el argumento de que el documento, en el que el Ejecutivo se ofrece a abonar parte del coste del despido en los nuevos contratos a la vez que aboga por ampliar la indemnización de 33 días, no es un abaratamiento del despido, sino un "impulso a la contratación".

"Intepreto que en la propuesta hay facilidades a la contratación y un impulso a la contratación", enfatizó antes de señalar que la valoración que hace el Gabinete del documento "es positiva". No obstante, Salgado recordó que hay "que seguir discutiendo las medidas para luchar contra el auge del paro con los agentes sociales". Una opinión que comparte el ministro del ramo, Celestino Corbacho, para quien la propuesta es "una herramienta de trabajo" y que, en cualquier caso, será la mesa tripartita del diálogo social quien tome una decisión definitiva.

Desde las centrales sindicales, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, consideró que el modelo "austríaco" no puede trasladarse de manera "mecánica" al mercado laboral español y explicó que el fondo de indemnización creado para los trabajadores no lo paga el Estado sino el conjunto de las empresas, en una parte, y otra la empresa que despide al trabajador, si lo hace por razones objetivas. Para Toxo, es suficiente con el actual contrato ordinario ya que en su opinión el de Fomento del Empleo nació con vocación temporal y lleva ya 13 años. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, subrayó que el borrador no es un documento definitivo y criticó el "modelo austríaco", que exigirá un esfuerzo en la negociación. Méndez valoró que se plantee la reducción de la jornada laboral como mecanismo para reducir los despidos.

Para el PP, por su parte, la propuesta del Gobierno es "vaga" e "incompleta", según ha denunciado el presidente del PP, Mariano Rajoy. En su opinión, este tipo de reforma "no sirve" para afrontar el problema del paro que hay en España. Además, criticó que, después de dos años "mareando la perdiz", el Ejecutivo presente un texto que "no decide nada y se limita a hacer sugerencias". IU también criticó a través de su coordinador general, Cayo Lara, que el documento "es típico de Rodríguez Zapatero" porque "ni concreta ni define con exactitud qué es lo que se quiere".

ERC consideró "estimable" la propuesta, aunque expresó su preocupación por si el modelo austríaco pueda conllevar costes para las empresas, especialmente para las pymes, mientras que CiU valoró la idea de flexibilizar el despido.

Las únicas palabras amables a la propuesta vinieron de la CEOE. El vicepresidente de la asociación de empresarios y presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo, Joan Rosell, afirmó que es "un buen punto de partida", por lo que instó a trabajar "lo más rápido posible" con el objetivo de generar empleo.

Desde la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) el documento fue calificado de "valiente" porque clarifica las causas económicas del despido objetivo.