madrid. El presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, insistió ayer en la necesidad de alcanzar un gran pacto de estado entre todas las fuerzas políticas y agentes sociales para salir de la crisis, que hizo caer su beneficio neto el 34,2% en 2009.

Según las cuentas anuales de estas entidades publicadas ayer, este retroceso en el beneficio, que se situó en 4.426 millones de euros, se debió a la ralentización del negocio fruto de la crisis y también a los casi 10.000 millones de euros que tuvieron que dotar en concepto de provisiones para afrontar insolvencias.

A juicio de Quintás, "los sacrificios y los esfuerzos que habría que hacer (para salir de la crisis) son tan grandes" que ningún partido político soportaría el desgaste de tomar las decisiones necesarias por sí solo, por lo que "el futuro de la economía depende de que seamos capaces de configurar un plan de acción" de este tipo.

Quintás agradeció que el Gobierno sea consciente de la gravedad de la situación, así como muchos de sus colegas del sector bancario, que ahora piden un acuerdo social, como él ha demandado en reiteradas ocasiones, dijo, tras darles con sorna la "bienvenida al club".

Sólo hace falta un equipo "riguroso" y con "capacidad política para tomar decisiones" que se siente y se ponga a trabajar, y si es necesario que sea a puerta cerrada "como se hizo en los Pactos de la Moncloa".

confianza en la deuda pública Sin embargo, pese a la gravedad de la situación económica, el director general de la CECA, José Antonio Olavarrieta, quiso zanjar la polémica generada estos últimos días por las dudas que suscita la deuda pública de algunos países periféricos de la zona del euro y advirtió de que "no conviene" buscar similitudes entre Grecia y España, que cuenta con la máxima calificación crediticia, la AAA.

El endeudamiento del Estado en relación con el PIB está en un 62,5%, recordó, "muy por debajo" de países como Italia, Alemania, y a una distancia "intergaláctica" de Grecia.

Además de insistir en la necesidad de un gran pacto de estado, Quintás pidió que no se retrase más una regulación sobre las fusiones "frías" de cajas, a través de los Sistemas de Protección Institucional (SIP), porque, según explicó, casi la mitad del sector está esperando a que "se tranquilicen las cosas" y a que desaparezca la inseguridad que existe.