barcelona. Las negociaciones para concretar el esbozo de reforma laboral que el Gobierno español presentó el viernes comenzarán la semana próxima y podrían estar concluidas en "dos o tres meses", según las previsiones del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, quien pasó por alto las críticas por la falta de concreción de la propuesta oficial y destacó la voluntad negociadora manifestada por sindicatos y patronal con el objetivo de impulsar el empleo juvenil, favorecer los contratos indefinidos y a tiempo parcial y potenciar la movilidad.
A partir de ahora y al mismo tiempo que trata de perfilar medidas laborales concretas aceptadas por los agentes sociales, el Gobierno tendrá que seguir debatiendo la eventual reforma del sistema de pensiones para encontrar acuerdos en ambas materias que permitan resolver los graves problemas económicos de España y salir lo antes posible de la crisis. "A la población no le gustan las peleas y discusiones, le gusta el trabajo en la misma dirección", subrayó ayer Celestino Corbacho. Así, aunque sindicatos y patronal han manifestado "predisposición" al diálogo y "espíritu positivo" pese a las diferencias que mantienen en muchos aspectos de las medidas económicas planteadas, el Gobierno de Rodríguez Zapatero no tendrá fácil modificar el mercado laboral a gusto de todos. Ayer la mayoría de los partidos políticos mostraron su escepticismo ante la eficacia para generar empleo de unas medidas calificadas de "light", "vagas" e "insuficientes". Incluso el ministro de Trabajo es consciente de que "esta crisis no se arreglará con una sola reforma" y ayer se refirió a tres objetivos en los que, de momento, el Ejecutivo no está teniendo mucho éxito: "que la población recupere la confianza, que se recupere el crédito y que se adapte el mercado laboral a la nueva realidad".
Uno de los políticos escépticos que ayer dudó de la efectividad de la reforma es el secretario general de EA, Pello Urizar, quien, aunque prefiere esperar a que "se concrete en detalle", señaló que tiene la "sensación" de que esta propuesta "es una postura de cara a los medios de comunicación y para poder sentar tanto a la mayoría sindical como a los empresarios en una mesa". "Somos bastante escépticos con lo que se vaya a proponer -añadió-, pero más allá de los puntos ambiguos que se han hecho públicos se debe concretar qué es lo que esta dispuesto a hacer en esta reforma el Gobierno".
Desde el PP, su vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, aseguró que este partido apoyará la negociación que se ha abierto entre sindicatos, empresarios y Gobierno sobre la reforma laboral porque "España necesita que todos demos lo mejor de nosotros mismos", aunque manifestó su temor de que estas propuestas "no resulten eficaces". En opinión de Pons, el viernes el Gobierno presentó "palabras que conducen a más palabras, pero el tiempo va pasando y los españoles necesitan hechos". La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, también cree que la propuesta del Gobierno español es "insuficiente" para salir de la crisis y que la reforma laboral que propone deja al país en "números rojos". Argumentó que es necesario "un paquete de reformas valientes, urgentes e inmediatas para sacar al país de la situación de UVI económica", mientras que lo único que hace el presidente del Gobierno es darle "un par de aspirinas".
Para el presidente de CiU, Artur Mas, la reforma laboral propuesta por el Gobierno español es "light" y "llega tarde". "El Gobierno -dijo ayer Mas-- se debería haber puesto las pilas y hacer esta reforma hace tiempo".
El secretario general de ICV y diputado en el Congreso, Joan Herrera, fue más contundente, afirmó que la propuesta de reforma laboral es "propia de la derecha" y negó que el problema de la economía española sean los trabajadores o los pensionistas, sino "la falta de crédito". Herrera señaló que quien quiera hacer de esta crisis un problema laboral "es un dogmático que hace ideologismo barato de derecha" y felicitó a los sindicatos por haber "parado una mala reforma laboral".
"reforma empresarial" Izquierda Unida, por su parte, plantea un desmarque claro de las intenciones del Ejecutivo socialista. El coordinador general de IU, Cayo Lara, manifestó que en la reforma laboral "sólo hay propuestas de divagación" y destacó que en España "lo que, a lo mejor, hace falta es una reforma empresarial, para trabajar con los empresarios serios que quieren generar riqueza y empleo". En este sentido, afirmó que si con la reforma del mercado laboral pretenden "reducir la jornada de trabajo y el salario, con nosotros que no cuenten", y añadió que IU tampoco está a favor de "cargarse los 45 días de despido y contratar a chavales por menos de 1.000 euros, y así quitarse a los trabajadores más mayores porque tienen trienios y antigüedad". El secretario de Economía y Trabajo de esta formación, José Antonio García Rubio, aunque cree que hay que "intuir" lo que el Gobierno quiere hacer, sospecha que la reforma supondrá el "abaratamiento del despido.