BILBAO. La colocación de las obligaciones ha sido institucional, representada por el Servicio de Anotaciones de la Bolsa de Bilbao.

El 73 por ciento de la deuda ha sido comprada por inversores franceses, el 25 por ciento españoles y el 2 por ciento alemanes.

El País Vasco conserva para su deuda la máxima calificación de las tres principales agencias calificadoras (Standard, Fitch y Moody), la triple A, gracias a su bajo nivel de endeudamiento público.

Todavía quedará antes de finalizar el año otra operación de endeudamiento en forma de préstamos por un volumen total de 175 millones de euros. Las modalidades de estos préstamos autorizados serán de carácter bilateral o sindicados, entre los cinco y los 15 años.

El Gobierno vasco se ha visto obligado a recurrir a este endeudamiento en el 2009, no previsto inicialmente en los presupuestos, ante la caída de la recaudación de impuestos, que le ha dejado un "agujero" presupuestario.

Así, al terminar este año la deuda viva que tendrá el ejecutivo autónomo será de 2.502 millones de euros, aproximadamente un 4 por ciento del PIB vasco. El año que viene deberá seguir endeudándose, de manera que prevé acabar el 2010 con una deuda viva de 4.500 millones.