La incapacidad para el trabajo se podría definir como una situación en la que la Seguridad Social da validez a que una persona no pueda llevar a cabo total o parcialmente su actividad profesional habitual por una enfermedad o bien una lesión. Es una circunstancia que puede llegar a ser temporal, parcial y permanente.
El objetivo del sistema es muy sencillo: proteger económicamente a toda aquella persona que haya visto su capacidad de trabajo disminuida o imposible por causas médicas. Por ese motivo, existe la posibilidad de cobrar una pensión o indemnización mensual.
Tipos de incapacidad permanente
A día de hoy, hay varios tipos de incapacidad permanente, todo ellos con características determinadas y beneficios, pudiendo adaptar la protección a la realidad de cada persona afectada.
Así lo muestra en un vídeo reciente el creador de contenido ‘Un tío legal’ (@un_tio_legal), abogado laboralista experto en esta materia que muestra los diferentes casos que no podemos encontrar.
En el vídeo, podemos entender qué tipos hay y cómo pueden afectar tanto al puesto de trabajo como a los ingresos de la persona en cuestión, todo ello según la ley actual.
- Incapacidad permanente
Se cobra una pensión del 55% de la base reguladora (75% con más de 55 años y si no hay posibilidad de reinsertarse laboralmente). De lo contrario, se puede seguir trabajando de algo o de nada, pero con un porcentaje u otro, que no es el porcentaje de minusvalía.
- Incapacidad parcial
Da derecho a una indemnización equivalente a 24 meses de sueldo bruto de la base reguladora. Esto ocurre en casos de enfermedad que limita para hacer parte de las tareas laborales con un rendimiento inferior a un 33%, pero se puede seguir trabajando en un puesto adaptado.
- Incapacidad permanente absoluta
En esta situación, no se puede continuar trabajando de ninguna manera y se cobra el 100% de la base reguladora de pensión.
- Gran invalidez
En este caso, además de no poder trabajar, se necesita ayuda para las actividades diarias. Se suma un complemento a la pensión del 50% y se tiene derecho a un 150% de la base reguladora.
¿Cuándo ocurre una incapacidad laboral?
La invalidez o incapacidad para el trabajo sucede cuando una persona es incapaz de realizar su trabajo en plenas condiciones, sobre todo por problemas físicos o mentales. Hay muchas causas: enfermedades crónicas, que pueden afectar al rendimiento de modo distinto en las personas en el entorno laboral y fuera de él.
El origen de esto también puede ser un accidente laboral o de tráfico, al igual que un trastorno de salud mental como la depresión o la ansiedad que, por lo general, dificulta el rendimiento en el ambiente de trabajo. Tampoco podemos olvidar las enfermedades que impiden realizar trabajos físicos como las hernias o la artritis.
La invalidez o incapacidad laboral se determina en función de la situación clínica de la persona y, de acuerdo con el diagnóstico médico, puede ser permanente o temporal, entre otras. Esta situación dependerá de los informes de la Seguridad Social en cada caso.