Esta experta en planificación financiera ha escrito una guía práctica donde enseña a gestionar nuestra economía de una manera tan eficaz como entretenida. Desde lo más simple hasta lo más complejo, sin necesidad de tener ningún conocimiento previo ni de ser un genio de las matemáticas, Invierte en ti enseña todo lo que debemos hacer para que el dinero no nos quite el sueño. La suya es una guía práctica, escrita desde el humor, que ayuda a gestionar nuestras finanzas, algo que suele hacerse muy complejo y pesado.

Solemos hablar de administrar bien, pero, ¿tal vez sería mejor partir de la premisa de administrarse bien?

- Sí, al final todo empieza en casa, y tener una economía doméstica saneada es básico para el bienestar de cualquier persona. Y como a todo en esta vida, lo que hay que hacer es dedicarle un poco de tiempo.

Usted se ha dedicado a la economía y a las finanzas. ¿Qué cree que es más difícil administrar correctamente, la propia casa, una empresa privada o algo público como un ayuntamiento o un país?

- El grado de complejidad va subiendo con el tamaño de la institución, pero al final lo básico de gastar menos de lo que ingresas, endeudarse con prudencia e ir ahorrando para invertir en el futuro son los mismos principios, sea cual sea el tamaño de la organización que estemos gestionando.

¿Tal vez debiéramos entender la gobernanza de nuestras finanzas particulares como las de una pequeña empresa micropyme?

- Un poco sí. Como decía, los conceptos que hemos de tener en cuenta son siempre los mismos, lo que pasa es que a gestionar la tesorería de una casa le llamamos llegar a fin de mes.

A la hora de administrar nuestras finanzas solemos pensar en el ahora, en el aquí y en bienes materiales. ¿No deberíamos dar más peso a invertir en uno mismo (cultura, bienestar, disfrute, salud€) y en nuestro futuro (equilibrio financiero tras la jubilación, posibilidad de autosuficiencia cuando se es mayor€)?

- Totalmente. Como digo en el libro, realmente la riqueza es la capacidad de consumir en el futuro. Es decir, que no basta con tener un estilo de vida de lujo y desenfreno, sino que hay que poder mantenerlo. Lo suyo es poder gastar hoy, mañana, y sobre todo cuando nos jubilemos.

Delegar la administración de nuestras finanzas personales, ¿es conveniente, recomendable o un tanto escapista?

- Nuestras finanzas son nuestras y la última palabra debemos tenerla siempre nosotros, pero buscar ayuda y asesoramiento nunca está de más y nos puede ahorrar un disgusto.

En la escuela y en las facultades se enseña a administrar empresas o la cosa pública. ¿Por qué no hay alguna materia que enseñe a hacerlo con las finanzas domésticas?

- Por desgracia no la hay o se le da poca importancia. Esto se debería estudiar en todos los cursos e incluso examinarlo en la Selectividad. Otro gallo nos cantaría.

¿Nos falta información, conocimientos, perspectiva o interés para la administración de nuestras finanzas caseras?

- Nos falta información y nos sobra pudor. Hablar de dinero sigue siendo un tabú y a mucha gente le da apuro preguntar y pedir ayuda. Al final es un círculo vicioso del que no salimos porque no sabemos dónde buscar la información que necesitamos. Pero el primer escollo, ya se ha dicho, es la falta de formación financiera.

¿Los ricos deben ser nuestro modelo, o seguir su senda es imposible?

- Los ricos son ricos por algo, sobre todo los que han amasado su propia fortuna, y podemos aprender mucho de ellos. Sin ir más lejos, a priorizar el ahorro. Parece que ahorrar es cosa de pobres, de no tener suficiente, pero es justo lo contrario. Los ricos ahorran muchísimo y además gestionan ese ahorro para que vaya creciendo y consolidándose a través de inversiones, pero la clave está en ahorrar con premeditación e incluso alevosía, y en convertir eso en una prioridad, en lugar de verlo como lo que queda en la cuenta a final de mes.

Las entidades financieras parece que siempre nos la quieren meter doblada. ¿Puede una indocumentada en economía evitarlo?

- Tampoco hay que demonizar al sector, pero sí ser conscientes de que te están vendiendo un producto y, por lo tanto, como cualquier comercial que se precie, lo que intentan es enseñarte la cara más brillante para que no te fijes en las características menos lucidas. Para evitar que nos deslumbren con su grandes palabros y sus ofertas de cuberterías de acero inoxidable lo que tenemos que hacer es preguntar mucho, sin vergüenzas, comparar varias ofertas y nunca, repito nunca, contratar un producto que no entendamos, por mucho que nos digan que es lo último y lo más molón.

¿Qué considera más adecuado, la co-administración con la pareja o hacerlo en solitario?

- Que una pareja decida llevar las cuentas los dos juntos o por separado es una decisión muy personal, como casi todo lo que atañe a la dinámica de una pareja, pero sí que creo que la transparencia, el hablar las cosas claramente y con los números sobre la mesa, es algo fundamental para que luego no haya problemas.

Es frecuente ver correr a la gente tras las rebajas. ¿En nuestras finanzas personales solemos jugar a corto plazo? ¿Es mejor plantearse el juego financiero a corto, a medio o más largo plazo? Es decir, si no necesitamos algo, ¿para qué comprarlo aunque esté rebajado?

- Lo ideal es tener un presupuesto a un año vista, precisamente porque no todos los meses son iguales y hay que asegurarse de llegar a fin de mes todos los meses del año, incluido enero y su cuesta. Cuanto más a largo plazo planifiquemos, más holgados vamos a ir y menos cosas nos van a coger por sorpresa.

A la hora de organizar la economía familiar, ¿qué peso deben tener el cónyuge y los hijos?

- Al final son cosas que afectan a toda la familia y todo el mundo debería estar implicado y ser partícipe, en la medida de lo posible, de las decisiones más importantes.

Dicen que la administración de la pandemia la están haciendo mejor los países gobernados por mujeres. ¿Acaso es porque ellas han aprendido a gobernar en su casa?

- Los hombres, por regla general, son muy de ir a por un objetivo y perseguirlo con uñas y dientes sin mirar hacia otro lado. Las mujeres estamos mucho más acostumbradas a pensar en el bienestar del grupo, ya sea la familia, la empresa o el país, a valorar las implicaciones globales de nuestras decisiones y a gestionar conflictos de intereses entre varias partes, desde hijos hasta miembros de un Gobierno. Por eso creo que en una situación como la actual, en la que hay que buscar un equilibrio difícil entre proteger a la población y minimizar los impactos económicos y sociales de la pandemia, el enfoque femenino es hoy más necesario que nunca, y de hecho funciona mejor.

¿Qué propuestas haría para que la administración de las propias finanzas fuese más divertido y no tan letal como una retahíla de asientos contables?

- Esto es como el deporte, que da mucha pereza empezar, pero con la práctica vas mejorando y al final le coges el gustillo y disfrutas. Por eso he estructurado el libro en once pasos, porque no se vuelve uno corredor de maratones en un día. Lo importante es empezar con esa administración y dedicarle un poco de tiempo para irle cogiendo el tranquillo poco a poco. Y ser constante, claro. Milagros no hay, pero a nada que le dediquemos media hora a la semana vamos a ver los resultados rápidamente.