Zabala se queda con la honra del Manomanista

Quiso la marcha del Manomanista, que Javi Zabala e Iker Larrazabal no tuvieran nada en juego más allá de la honra. Zabala estaba eliminado del campeonato y Larrazabal había adquirido el billete para las semifinales como primero de grupo tiempo atrás.

Así que el choque tenía el peso liviano, sin trascendencia. Se resolvió en solo 44 minutos y tras un intercambio de 202 pelotazos.

Un pleito a modo de inventario que elevó a Zabala, más reivindicativo y competitivo que Larrazabal, sin tensión. Después de un inicio parejo, se desató el riojano, fresco y con intención en cada pelotazo, mientras Larrazabal no daba con el hilo del partido.

Además, se le metió una pelota en la mano en ese tiempo y decidió que no era el día para apretar y castigar atrás. La precaución le guio. "Tenía un poco de miedo. No he estado dentro del partido. Ahora tengo que cuidar las manos", dijo Larrazabal.

Zabala, muy superior

No ofreció su mejor versión el alavés, a años luz de su propuesta en el Manomanista. Cayó por un contundente 22-7. Zabala, que acabó diez tantos y concedió y tres fallos, abrió un boquete a base de soltar la derecha y del 2-2 se impulsó a un 12-4 al descanso.

La dinámica permaneció inalterable y Zabala no dejó de crecer ante un Larrazabal con la mente en la semifinal, donde se medirá la vencedor del envite entre Artola y Peio Etxeberria. El alavés apenas firmó 4 tantos y acumuló 12 fallos.

Lejos de la función sin pulso competitivo del Labrit, el frontón Bizkaia de Bilbao acogerá un duelo de alta tensión entre Altuna, campeón en curso, y Darío a partir de las 17.00 horas de este domingo.

El que venza se adentrará en las semifinales del Manomanista y el que pierda se despedirá del campeonato. No existen otras alternativas.

Los precedentes abrazan al de Amezketa. Con todo, Altuna deberá mostrar lo mejor de su repertorio en todo la cancha frente a Darío, que en sus cruces le ha exigido al máximo. Esa es su idea.