El derbi entre los dos equipos vitorianos de Tercera RFEF fue para el San Ignacio, que se impuso al Alavés C por 2-0 en un duelo igualado en líneas generales pero en el que los locales supieron generar más ocasiones y acertar por dos veces en momentos clave del encuentro.

Saltaron ambos equipos al césped de Los Astrónomos con mucho respeto mutuo, aunque pronto se vio que era el equipo ignaciano el primero en imponerse territorialmente y hacerse con las riendas del partido a base de alargar las posesiones. No se tradujo en la fase inicial en acercamientos peligrosos al área visitante, pero poco a poco sí fueron encontrando los de Sergio Rodríguez el camino para amenazar el marco alavesista.

Aun así, no podían descuidarse en defensa los locales, ya que el segundo filial albiazul amenazaba con llevar peligro a la portería local a la mínima ocasión que se le presentaba, si bien la zaga del Sani siempre estuvo muy atenta para desbaratar cualquier atisbo ofensivo de los de Israel Martínez.

San Ignacio 2-0 Alavés C Pilar Barco

A cinco minutos del descanso llegó el primer tanto de la tarde. Un ataque local derivó en un córner a cuya salida Sugoi conectó un remate que supuso el 1-0 en un momento estratégico, ya que permitió al San Ignacio marcharse a los vestuarios con la tranquilidad de saberse por delante en el marcador. Al Alavés C no le quedó otra que tratar de salir en el segundo tiempo con algo más de atrevimiento y vocación ofensiva de lo que había mostrado en el primero, pero la defensa local siguió rayando a gran altura para dejar los mejores propósitos babazorros en intentos.

Mediado el segundo tiempo y quizás cuando mejor se estaba sintiendo el Alavés C en el campo llegó el San Ignacio asestó el golpe definitivo al partido. Martín Asurmendi recogió un balón que no amenazaba con llevar peligro y, sin pensárselo dos veces y a pesar de la lejanía, soltó un trallazo desde la línea de tres cuartos que hizo estéril la desesperada estirada del guardameta visitante.

San Ignacio 2-0 Alavés C Pilar Barco

El 2-0 no hizo más que reafirmar la supremacía del San Ignacio en este tempranero cara a cara entre los dos equipos vitorianos de la categoría, a la vez que fue para el tercer equipo alavesista una losa ya imposible de levantar. No bajaron los brazos los jóvenes babazorros y apuraron sus opciones de buscar el gol que recortara distancias y les metiera de nuevo en el partido, pero el San Ignacio siempre estuvo bien puesto sobre el terreno de juego y supo gestionar con comodidad su renta.