Pablo Larrumbide se quedó ayer a las puertas de la gloria con el Fraikin BM Granollers en la gran final de la Liga Europea celebrada en la localidad alemana de Flensburg. El vitoriano, la mano derecha de Antonio Rama en el equipo vallesano, perdió por 36-31 el partido decisivo en la pelea por el título de la segunda competición continental ante el todopoderoso Füchse Berlín y tuvo que conformarse de esta manera con un subcampeonato que, en cualquier caso, constituye un éxito sonado para el club catalán.

Y es que el Granollers no solo hizo historia clasificándose para la Final a Cuatro de la Liga Europea tras dejar en la cuneta en el cruce de cuartos de final al Flensburg gracias a una espectacular remontada en el choque de vuelta, sino también eliminando el pasado sábado en semifinales a otro conjunto alemán como el Göppingen por 31-29 tras otra demostración de furia y orgullo.

Sin embargo, al Granollers se le indigestó en la lucha por el título un intratable Füchse, que puso tierra de por medio en los últimos minutos de la primera mitad y adquirió una ventaja lo suficientemente importante que supo administrar a la perfección tras el descanso. De esta manera, el conjunto catalán no pudo saborear un título continental la friolera de 27 años después.

Ello no quita para valorar en su justa medida la excelente excelente trayectoria continental del Granollers, donde Larrumbide ejerce como segundo entrenador desde el mes de noviembre de 2020. Hasta ese momento la cabeza visible del cadete A masculino, el gasteiztarra tomó el relevo de David Ginesta. En tierras vallesanas también ejerce las funciones de preparador físico y analista de vídeo.

Larrumbide, en unas jornadas de tecnificación en Corazonistas Jorge Muñoz

En su día, Larrumbide se proclamó campeón del Campeonato de España cadete y de la Minicopa de Alicante en 2019. Fuera del balonmano, el vitoriano se graduó en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en León. Tras iniciarsae en este deporte en Samaniego y fichar por Corazonistas, se marchó pronto de Vitoria para dirigir, entre otros, al Cleba León femenino. También ejerció como entrenador ayudante del cadete B del Barcelona, el auténtico dominador de la Asobal.