El que fuera jugador de Albacete, Elche y Real Oviedo, en otros, Pelayo Novo (Oviedo, 1990) ha fallecido a los 32 años este lunes tras ser arrollado por un tren en la capital asturiana, donde había vuelto al deporte tras una caída que le hizo cambiar el fútbol por el tenis silla y donde estaba vinculado también a la Fundación del club oviedista.

El exjugador de fútbol sufrió un accidente en 2018 tras caerse desde la tercera planta de un hotel en una concentración con el Albacete en Huesca. Tras este grave accidente Novo cambió el fútbol por e tenis en silla de ruedas y ocupada el puesto 12º del ranking.

El ex jugador formaba parte de la junta directiva de la Federación Asturiana de Tenis y había vuelto a la competición gracias al tenis silla tras recuperarse de una caída que, siendo aún futbolista del Albacete, le obligó a pasar por el Hospital de Parapléjicos de Toledo.

"Estamos con el corazón roto. Lamentamos en el alma el fallecimiento de Pelayo Novo, capitán de nuestra Fundación. Familia y amigos, estamos con vosotros", rezaba la nota del Real Oviedo, equipo en el que se formó y en el que jugó en Segunda B hasta los 21 años.

Fue en ese momento, en la temporada 2012-2013, cuando dio el salto a Segunda y allí defendió las camisetas de Elche -en dos etapas-, Córdoba, Lugo y Albacete, clubes que también han lamentado la pérdida del ovetense.

"En poco tiempo conseguiste ganarte el cariño de toda una afición que ahora llora tu terrible pérdida", escribió el Albacete, secundando el comunicado emitido también por el Lugo en el que la entidad lucense se refirió al dolor por la pérdida de Novo como "un dolor indescriptible".

Así mismo, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha lamentado la muerte de Pelayo Novo mediante un tuit en el que ha escrito: "recordaremos siempre su sonrisa a pesar de las dificultades vividas. Un sentido abrazo a su familia y amigos".

Arrollado por un tren

El ex futbolista, muy querido en toda la región, perdió la vida a última hora del martes tras ser arrollado por un tren de la línea que une Oviedo y Siero, y desde entonces han sido innumerables las muestras de dolor de una ciudad en la que además regentaba una peluquería canina junto a su pareja.

El vacío que deja la pérdida de 'Pela', como le conocían todos aquellos con los que compartía ratos de tenis y fútbol, es igual de grande que el ejemplo que el ovetense ha rubricado en estos últimos años, en los que se convirtió en todo un modelo de superación para quienes, como él, sufrían algún tipo de discapacidad.

"Le doy un valor tremendo a los detalles, porque no resulta nada sencillo que la gente te tenga de esta manera en su corazón, y eso es algo que me llena de orgullo y gratitud", comentaba el propio Pelayo hace justo un año, cuando recibía el Premio Herrerita que concede el oviedismo a sus figuras.