Apenas dos palabras sirven para encoger el corazón de la pelota a mano profesional. Las pronuncia Iker Irribarria en una sala repleta de compañeros. “Eskerrik asko”, dice el pelotari de Arama cuando se le pregunta por el mensaje a los pelotazales. El pegador, el campeón más joven de la historia del Manomanista, deja la pelota con apenas 26 años. Los problemas en la rodilla derecha, que no quiso concretar ayer en la comparecencia pública ante los medios de comunicación al tratarse de algo “personal”, no permiten que siga en la práctica activa del deporte de alta competición. “He estado con los mejores especialistas y me dicen que tengo que dejar el deporte de alto nivel, porque tengo muchas limitaciones”, anuncia Irribarria. Su rodilla no está en condiciones de entrenar y jugar al nivel que exige la pelota. “Es difícil, pero es la mejor decisión para mí”, dice.
Se hicieron carne las especulaciones en la Kultur Etxea de Eibar, con el apoyo de todos los compañeros pelotaris de Aspe y algunos de Baiko Pilota -Jon Ander Albisu, Iraitz Zubizarreta, Jon Mariezkurrena, Unai Laso, Iker Elizegi, Iñaki Artola y Jon y Unai Alberdi-. También estuvieron presentes Fernando Vidarte, que reflexionó que Iker es uno de esos manistas que “engrandecen la pelota”, Iñaxio Errandonea, Jokin Etxaniz, Jon Apezetxea y los trabajadores de firma de Eibar. El zurdo de Arama se despedirá del profesionalismo el 4 de marzo en el frontón Atano III de Donostia. Será un partido especial en el que formará parte del estelar. Jugará junto a José Javier Zabaleta, con quien llegó a la final del Parejas de 2019, frente a Jokin Altuna y Julen Martija.
A Irribarria le fue detectada rótula bipartita a principios de 2021. Era una lesión que le estaba generando dolores a la hora de preparar y jugar partidos. En marzo de ese año pasó por el quirófano para arreglar la dolencia y tuvo que pasar seis meses en el dique seco. Aunque regresó con todas las garantías, la rodilla no ha vuelto a ser la misma. “He contactado con los mejores especialistas; entre ellos, Mikel Sánchez”, desgrana. No tiene garantías. Todos le dicen que debe abandonar el profesionalismo. Siente dolores en los partidos, pero las molestias no acaban ahí, se perpetúan durante días. No hay mejoría. “Desde pequeño me he sentido un afortunado por jugar a pelota”, desgrana el puntillero, quien agradece a “mi familia, Julen Errandonea, Jokin Etxaniz, Pedro García y el grupo de pelotaris” todo lo que han hecho por él. “Es el momento de decir agur”, analiza.
“No es fácil decir cómo me siento en estos momentos. Es una pena increíble. Por otro lado, estoy muy orgulloso de lo que he hecho”, afirma el aramarra, quien explica que “los últimos dos meses han sido muy duros”. “Estoy tranquilo. La vida sigue”, sostiene. “Cuando he recibido esos diagnósticos, ya he cambiado el chip”, explica, quien aclara que los motivos de la retirada se deben a “los problemas físicos”. “Si no fuera por la rodilla, seguiría trabajando para estar arriba”, afirma el poderoso manista, que recuerda que “he estado ocho años en profesionales y han sido muy buenos. He hecho muchos amigos y he tenido experiencias bonitas. Me quedo con ello”. De hecho, evoca que desde la intervención de 2021 sí ha habido momentos en los que “he disfrutado mucho”.
“En 2022 estuvimos a punto de llegar a la final del Parejas con Rezusta –se quedaron a un solo tanto–. Después, con dolores en el día a día es muy complicado y duro”, explica y, aunque, en su primera alusión aludió a la carga mental que provoca la élite, alega que “la exigencia se la mete uno mismo y he disfrutado mucho”.
“Me he liberado”
“Cuando ves cerca el final del contrato, es difícil exigirte al máximo por la rodilla. Ha habido momentos duros, sobre todo cuando estás solo. Dejarlo es lo mejor para mí”, concreta Irribarria. El de Arama se siente “bastante liberado” después de haber hecho pública su decisión. “La profesión de pelotari dura lo que dura. Ahora mismo estoy disfrutando de otras cosas. Estoy gozando de la familia. Fuera de la pelota hay otras cosas. Vivir de este deporte es para pocos privilegiados”.
Otra de las lecturas que hace el pelotari es que lo que más le ha dado la pelota son “los compañeros”. “Tengo un hermano pelotari y no creo que ande muy lejos de la pelota. Espero seguir disfrutando del ambiente del vestuario de Aspe, que es algo que no se paga con txapelas”, analiza el guipuzcoano.
“Echaré de menos la forma de vida. Se vive bien siendo pelotaris. He disfrutado mucho durante todo este tiempo”, remacha. “Eskerrik asko”, finaliza. Se acaba una historia escrita como una leyenda. Iker Irribarria deja la pelota a los 26 años.