“Hay que tener la cabeza un poco despejada e ir con aita a trabajar no me viene mal”, desbroza Hodei Exposito (Astigarraga, 1999). El guipuzcoano combina la pelota con la empresa de calderería familiar. El delantero debutó con Aspe el 8 de octubre en el frontón Beotibar de Tolosa ante Jon Alberdi dentro del Cuatro y Medio de Promoción. Tumbó al azpeitiarra y logró el billete a las semifinales. Le apeó Salaberria en la última eliminatoria. Además, ha disputado tres partidos de parejas de entidad y ha firmado tres victorias.
Se estrenó como profesional hace un mes de la mano de Aspe.
Recuerdo el día del debut como algo muy bonito. Los amigos tuvieron una apuesta en aizkora, después fueron a comer y al frontón. Por suerte, me salió un partido redondo y gané. Después, en el segundo, Joanes Bakaikoa me dio un buen repaso. Estaba muy alterado y me pasó factura.
Se estrenó directamente en el Cuatro y Medio de Promoción ante el campeón del Manomanista de su categoría y salió con nota del Beotibar de Tolosa. 13-22.
La empresa me comentó esta posibilidad, la de salir en el acotado, y uno no puede decir que no. Es una gran ilusión. Que te llamen para dar el salto es algo bonito, apasionante.
Es un pelotari que ha hecho carrera en el campo aficionado. Tiene 23 años y está curtido. ¿Cómo recuerda la noticia?
He debutado con una edad en la que estás más asentado. He tenido la suerte de jugar en el campo aficionado y estar peleando contra gente muy buena. También me he llevado muchos palos y eso viene bien para esta nueva etapa. Eso sí, cuando te llaman para ofrecerte el contrato, es como si fueras un crío. Fue increíble. Me llamó Fernando Vidarte para darme la noticia.
En las últimas décadas se está tendiendo a dar la alternativa a pelotaris muy jóvenes. ¿En algún momento llegó a pensar que el tren del profesionalismo se le escapaba?
Siempre me han demostrado confianza y me han pedido tranquilidad. Han creído igual más que yo en mí mismo. Me habían dejado claro anteriormente que lo mío no iba a ser tan rápido. Soy un pelotari al que le ha beneficiado el tiempo. Tengo 23 años y ves que se alargan las cosas, pero nunca perdí la esperanza. Me han motivado y me han sabido llevar muy bien. Estoy muy agradecido.
"Jugar con Zabaleta es brutal. No sé si es el mejor zaguero que ha habido, pero seguro que es uno de los mejores"
¿Es pelotari de cocción lenta?
Diría que sí. Tengo proyección. Lo más importante es que tengo fuerza, pero tengo que aprender otras cosas.
El campo aficionado, no obstante, es muy positivo para cualquier pelotari. Pasas de jugar contra los de tu misma edad a hombres hechos y derechos que ponen en aprietos a cualquiera y saben de qué va la película.
A mí me han venido muy bien estos años; sobre todo, después del covid-19. A todo el mundo nos ha afectado, pero a mí me ha ayudado a sentirme más tranquilo. A raíz de la pandemia, empecé a disfrutar más de la pelota, a jugar más relajado, a pensar más. Hay que ser conscientes de que en aficionados hay muy buenos pelotaris. Te hacen sufrir, tienes que trabajar cada partido y te llevas palos.
Habla de un cambio a raíz de 2020. ¿En qué lo experimentó?
Estando en casa empecé a valorar más las cosas. Tomas de forma más tranquila la vida. Comencé a creer más en mí y me di cuenta de dónde podía hacer más daño en la cancha. Me abrió la mente.
Ha comenzado con buen pie, pero le quedan dos años de contrato con Aspe. ¿Cuáles son sus objetivos?
Disfrutar yo y que disfrute el público. Es mi meta.
"Soy un pelotari de fuerza, así que si tengo pelota, puedo hacer mucho daño"
Ha jugado el Cuatro y Medio de Promoción, llegando a las semifinales en su primera participación, y tres partidos de parejas de entidad. Fíjese, en Donostia jugó con Zabaleta contra Irribarria-Tolosa. Ganaron 13-22 con otra buena actuación. Con José Javier ha disputado otros dos partidos más y los han ganado.
Un partido así en el Atano III, que es un frontón especial para mí, es de agradecer. Jugar con Zabaleta es brutal. No sé si es el mejor zaguero que ha habido, pero seguro que es uno de los mejores. Imagínese, debutar y al tercer partido que te pongan uno de esa entidad en Donostia, es algo increíble. Estamos hablando que Irribarria es dos veces campeón del Manomanista y una del Parejas.
Ha demostrado solvencia en el Cuatro y Medio. ¿Se encuentra cómodo en todas las modalidades?
Soy un pelotari de fuerza, así que si tengo pelota, puedo hacer mucho daño. De todos modos, disfruto en las tres especialidades.
¿En qué está trabajando en los entrenamientos con Jokin Etxaniz?
Estamos haciendo hincapié en la zurda y también en el encuentro con la pelota con la derecha. Al final, se trabaja todo. Cuando tienes fuerza, te toca aprender el resto.
¿Le viene mejor a su juego el material de profesionales que el de aficionados?
Diría que sí. Son pelotas potentes y que hay que moverlas. Hago más daño.
¿Suele sufrir de manos?
No demasiado. Con la ayuda de los compañeros estoy acertando los agujeros en los tacos. El masajista, además, me da mucha confianza. Me deja las manos perfectas.