- Eneko Llanos y Sara Loehr se coronaron como los campeones de la primera edición del vi half gasteiz. Una prueba que tiñó de atletas la almendra de Vitoria y en la que Llanos y Loehr desplegaron su poderío físico. El gasteiztarra, minutos después de cruzar la línea de meta, explicó que se encargó de mantener la continuidad durante la carrera. “Los dos chicos australianos tienen un nivel muy bueno nadando. He intentado seguirles pero después de la primera boya me han metido tiempo, a partir de ahí he ido a hacer mi carrera y llegando a Gasteiz me he puesto primero y he abierto un hueco con la idea de mantener mi ritmo”, apuntó.

Precisamente el aliento de los aficionados fue el factor que más destacó Llanos. “Disfrutar del ambiente de Gasteiz y correr en casa es una pasada, es emocionarse cada segundo. La gente nos lleva en volandas a todos y se aprecia un montón el cariño y el calor que hemos recuperado del público”, remarcó el incombustible atleta alavés, quien vivió una jornada para el recuerdo.

En este sentido, Llanos elogió el nivel ofrecido por la organización en esta primera edición del vi half gasteiz. “Sobresaliente, es la primera edición y he estado en una carrera espectacular, todo bien controlado y ha salido una prueba redonda, se lo han currado. Hay mucho trabajo detrás y la gente va a quedar contenta”, ensalzó.

Entre las féminas, la trialteta Sara Loehr se impuso con un tiempo de 4:34:50. “Hacía cuatro años que no competía una media distancia, me animé a venir a Vitoria porque para correr las del norte son espectaculares y no me ha defraudado. La gente es espectacular, la carrera a pie ha sido dura pero muy preciosa por la gente, estoy muy contenta”, recalcó la popular atleta que fue guía de Susana Rodríguez en los Juegos Paralímpicos de Tokio, en el que lograron una histórica medalla de oro.

La clave de su victoria fue precisamente su regularidad. “Venía de mucho tiempo sin correr y quería disfrutar; nadé tranquila y la bici más o menos también, lo que me apetecía era correr bien y esa ha sido mi estrategia”, aclaró.

Loehr reconoció que el aliento de los espectadores fue clave. “Sabía que la carrera tenía desnivel pero no que habría estas cuestas; correr aquí es precioso, te entran ganas de llorar por la emoción que le pone la gente”, concluyó.