Cerca de un millar de aficionados del Cádiz inundaron desde ayer por la mañana las calles de Vitoria con una marea amarilla que no pasó desapercibida en la capital alavesa. Antes del inicio del partido en Mendizorroza, la afición gaditana se adueño del Casco Viejo gasteiztarra, especialmente de la Kutxi, donde compartieron cervezas, cánticos y más de un abrazo con los seguidores albiazules, que agradecieron los gritos de apoyo al Alavés por parte de los andaluces. El hermanamiento entre aficiones se cocinó durante esta semana tras la polémica con los precios de las entradas para el partido en el recinto del Paseo de Cervantes y que provocó que muchos abonados del Alavés decidieran sacar entradas a los seguidores del Cádiz más baratas (25 euros) de lo que les iba a costar en taquilla (entre 120 y 150 euros). El buen ambiente fue la tónica general durante todo el día, con intercambio de bufandas y camisetas entre aficionados de ambos conjuntos por toda la calle Cuchillería, con el exterior del Txapeldun como uno de los puntos más calientes.