Kuraya Sport, al final del Paseo Ubarburu, al fondo del Polígono 27, es un gimnasio que parece sacado de una película. Una de esas películas en las que el boxeador o luchador de turno, un tipo de orígenes humildes, se hace a sí mismo en un gimnasio destartalado, de instalaciones viejas, donde las modernidades no se atisban por ningún lado.

En Kuraya, la planta baja es una sala de máquinas vintage, por decir algo, y la de arriba la forman un tatami grande y, al fondo, un ring que está semiescondido detrás de una puerta. A un lado faltan algunas ventanas y da la impresión de que el techo podría caerse en cualquier momento. De hecho, hace unos años ni tenía techo. Con todo eso, y quizás precisamente por todo eso, Kuraya transmite cierta mística, como si fuera un lugar donde se entrena de verdad, donde solo tienen cabida los que se lo toman en serio.

Ahí, en Kuraya, es donde se ejercita a diario Aitana Álvarez, una donostiarra que a sus 23 años se está poco a poco instalando en la elite del complicado mundo de las artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés) y que, en este ascenso paulatino, este viernes protagonizará un momento importante, ya que debutará en una pelea de Combate Global, la competición más importante a nivel mundial después de la UFC (Ultimate Fighting Championship), que sería el último escalón.

Aitana Álvarez lleva cinco años practicando artes marciales mixtas, desde que llegó a la mayoría de edad. El interés por este deporte le llegó por herencia familiar: "Mi abuelo me contaba historias de que él boxeaba, me enseñaba fotos y me lo imaginaba como un gran boxeador. Y mi padre practicaba artes marciales, con 55 años se presentaba a competiciones de jiu-jitsu brasileño. Competía en varias disciplinas. Le fui a ver a alguna competición en kyokushinkai , es una disciplina de kárate en la que se pegan. Me gustaba, tengo los vídeos VHS en las que sale compitiendo, lo admiraba. Él veía la UFC y me ponía las peleas de las chicas. Hice artes marciales desde pequeña como un deporte más, pero cada vez me llamaba más la atención este mundo. Un día le dije que quería hacer boxeo, pero no me dejó. Me dijo que empezara por jiu jitsu brasileño y yo le señalaba a Kris Cyborg, que es una de las pioneras en MMA femenino. Quiero ser como esta, le decía".

Con 18 años ya dijo que quería practicar artes marciales mixtas y su padre cedió, a condición de que entrenara en Kuraya Sport bajo la tutela de Mikel Cortés, uno de los grandes exponentes de las MMA en Gipuzkoa: "Me comentó que conocía a Mikel y que me apuntase a ese gimnasio, para que estuviese más protegida. En ese momento éramos pocas las chicas que lo practicábamos, al menos aquí, así que empecé a entrenar con 18 años con Mikel".

Las MMA están compuestas "de todas las artes marciales" y, "cuanto más completo eres, mejor te manejarás en la pelea", asegura la luchadora donostiarra, que matiza el término "agresivo" al referirse a esta modalidad: "Podríamos denominarlo como una violencia inteligente. Una pelea es algo agresivo quieras o no, pero no es agresivo en el sentido de querer dañar al oponente, sino en realizar el mejor desempeño posible y dominar la pelea. Cuando lo practicas sabes lo que estás haciendo y estás preparado para lo que pueda hacer la otra persona y la situación a la que te enfrentas, entonces no existe ese peligro que quizás se pueda ver desde fuera. Estás preparado para el combate, para cualquier cosa, no es tan perjudicial como se puede ver desde fuera si no lo conoces. El árbitro puede parar la pelea, y tu esquina puede echar la toalla para acabar".

Aitana Álvarez se considera a sí misma "profesional" de las MMA. Su nivel, desde luego, así lo atestigua. Otra cosa es la repercusión económica. "En España diría que profesionales somos menos de diez. Hay más chicas peleando en amateur y el nivel está creciendo, pero no hay ni comparación con lo que hay fuera. El problema es que entrenarlo a nivel profesional requiere un desempeño o una dedicación que es muy complicada, porque de este deporte no vives", explica la donostiarra, que entrena "a diario de forma intensa" y que además lo compagina con la universidad, estudia el doble grado de Derecho y Administración de Empresas, y su trabajo como jefa de marketing de la empresa Top4can.

Seguridad en una sala de fiestas

En su momento trabajó también en seguridad nocturna en una sala de fiestas donostiarra. Su único apoyo económico por ahora es el que recibe por parte de Korricolari, una bebida vasca, refrescante y saludable que le cubre "ciertos gastos", algo que agradece "muchísimo": "Me ha quitado problemas de encima". Por ejemplo, para desplazarse a Miami está adelantando el dinero de su propio bolsillo: "Luego dependo del salario que me van a dar ahí para subsistir. Es un desembolso importante ir a una competición de tanto calibre". De ahí que quiera darse a conocer para conseguir algún patrocinador más.

"En América o el norte de Europa este deporte está más desarrollado", sigue explicando la guipuzcoana: "La dedicación de horas no es ni tanta porque disfrutas de lo que haces, pero en este deporte se cobra por pelea y en España cobramos una miseria, así que yo ya desistí".

De ahí que, además de entrenar en Kuraya, decidiera en su momento abrirse a Europa, entrenando en determinadas épocas en un gimnasio de Suecia, donde puede codearse con otras luchadoras de máximo nivel continental: "En Donostia entreno con chicos pero también necesito entrenar con chicas, porque la forma de pelear, la fuerza y la velocidad son distintas. Estoy en un equipo de Suecia que tiene un montón de mujeres y hago épocas de entrenamiento allí. Coges más confianza, más nivel, y ves gente de la elite del deporte, hay luchadoras allí que compitem en la UFC, que es la competición más fuerte. Fue una apuesta grande ir allí y me han aceptado muy bien".

Antes de ejercitarse en Suecia, Aitana ya había firmado por KSW, una promotora polaca que organiza los combates más importantes en Europa. Allí ha hecho ya un combate y tiene un contrato para hacer tres más en estos dos próximos años. "No sé qué les llamó la atención de mí. Igual querían coger a alguien de fuera y estuve en el momento adecuado. Hay un listado de peleadores en una plataforma donde tenemos vídeos y supongo que me verían ahí. En Europa estamos ciento y pico mujeres activas. Me hizo mucha ilusión que me llamaran porque soy la primera española que ha peleado ahí. Soy una peleadora contundente, que no me importa medirme contra rivales de mi nivel o incluso superior. Deduzco que les gustaría eso".

Combatir en Polonia es una de las ilusiones que tenía la donostiarra: "Yo siempre había querido pelear en esas ligas del Este de Europa, lo tenía en mi mente. Nadie se esperaba que yo llegara ahí". Una vez conquistado terreno europeo, el siguiente reto era dar el salto a América, algo que va a hacer realidad este mismo viernes: "Lo de Estados Unidos surge a raíz de ir a entrenar a Suecia. Me lo consiguió el mánager del gimnasio de allí. Si ven algo especial en ti, algo que les llame la atención, te ayudan. No ayudan a cualquiera a conseguir un contrato con Combate Global, porque voy a ir representando a ese gimnasio".

Combate Global es la promotora de las MMA más importante de Latinoamérica. "Es una competición que ve mucha gente, así que es un buen sitio para darme a conocer, aunque eso a su vez me va a exigir subir el nivel continuamente, no puedo quedarme estancada. Ellos recogen talento hispano. Para mí es como el sueño americano", comenta. Su rival será Maritza, una luchadora méxico-estadounidense. El combate se celebra en Miami y será retransmitido por Univision, aquí se podrá seguir por Eurosport. Será el primer combate de los cinco que tiene firmados con Combate Global: "Me han ofrecido tres peleas este año y dos el que viene".

Su objetivo, obviamente ?y para eso se ha preparado de forma concienzuda? es ganar, pero sobre todo es dar el nivel, que la promotora quede satisfecha y pueda ir haciéndose un nombre en América. "Siempre es importante ganar y estás más satisfecho si lo consigues, pero son peleas muy complicadas. La gente lleva una preparación muy fuerte y puede pasar cualquier cosa", señala Aitana. Aquí entra en la conversación su entrenador, Mikel Cortés: "Llegar a esta pelea, a ese nivel, ya es muy difícil en España. En las peleas en Europa ella ha dado el nivel, y ahora es importante hacerlo también en América. El nivel ya lo tenemos, hay mucho trabajo detrás y llegamos bien. Ahora queda confirmarlo".

Aitana pesa 62 kilos, pero compite en la categoría de menos de 56,7 kilos, algo que todos los luchadores hacen. Así que en los días previos le ha tocado hacer el trabajo de ir perdiendo ese peso: "Tengo que hacer una bajada de agua, yo no necesito mucha dieta. Yo recorto alrededor de seis kilos, hay gente que más. Desde unos días antes bebo primero siete litros al día, el siguiente día seis, el siguiente cinco... el día anterior a que me pesen bebo un litro y el mismo día (mañana), ninguno. El día del peso no bebes y digamos que te deshidratas. Puedes comer, pero lo justo. Y en los días previos reduzco los carbohidratos. En mi caso no me cuesta tanto bajar, a otros les supone más esfuerzo".

"Dar el peso ya es muy difícil", añade Mikel Cortés: "Algunos aprietan demasiado y el día de la pelea están mal. Con Aitana todo lo tenemos calculado, la conocemos. Con 62 kilos está sana para entrenar y sabemos que baja bastante bien hasta 57. Baja sufriendo lo justo. Dar el peso es una pelea en sí mismo. Poner un pie en la jaula es la primera gran pelea: prepararte, dar el peso, el viaje...".

La preparación y la pelea son tan exigentes que al día siguiente el cuerpo pierde esa tensión y cuesta recuperar: "Hay que tener en cuenta que tengo que rebotar otra vez hasta esos 62 kilos. Después de la pelea no soy persona. Si es dura, la recuperación me lleva más de un mes. Después de un combate que hice en la República Checa, tuve una pequeña fractura en el pómulo, se me infló la cara y el cuerpo no me volvió a responder hasta mes y medio después".

En este proceso de recuperación son importantes los suplementos. "Tomamos una suplementación muy suave, muy normal, sales con magnesio y proteína. Para hidratarte necesitas sobre todo las sales minerales. En este deporte se toman suplementaciones súper fuertes, pero no queremos eso, hemos apostado por una suplementación más natural. Yo siempre le digo que para llegar a algo en esto son muchos años, y llegar rápido tampoco es bueno, hay luchadores que compiten dos años muy fuerte y se destrozan el cuerpo", señala Mikel Cortés. El objetivo de Aitana es aguantar unos cuantos años más en la elite de las artes marciales mixtas. "Depende de lo magullado que salgas de las peleas, pero digamos que hasta los 28 años estás a tu máximo rendimiento, luego lo normal es bajar". Y la guipuzcoana no quiere pararse aquí. Debutar en Combate Global es un hito en una carrera que todavía puede alcanzar cotas más altas.