ueron demasiadas subidas y demasiados apretones como para no repasar lo ocurrido ayer y actualizar la quiniela de favoritos en la presente Itzulia, comenzando por Pello Bilbao. Flaqueó por momentos cuando empezaron los fuegos artificiales. Se rehizo para integrar el grupo cabecero con todas las de la ley. Y terminó adjudicándose una etapa que, para él, va incluso más allá de una victoria parcial. Por fin ganó en casa, objetivo que perseguía. Además, dejó al líder Roglic séptimo, sin bonificar, con lo que esos diez segundos extra que aporta la victoria vienen a corregir el tiempo precioso que el gernikarra se dejó el lunes en Hondarribia. Hoy empieza una nueva carrera para él. En Amurrio levantó los brazos y además se metió en la pelea.
Ahora figura quinto en la clasificación general a 19 segundos del amarillo, situación idéntica a la del corredor que mejores sensaciones ofreció de camino a Amurrio. Se llama Jonas Vingegaard, es danés y se plantó en Hondarribia dos semanas antes de la salida, para entrenar en nuestras carreteras durante casi quince días. El viernes, con lluvia y frío para dar y tomar en Donostia, fue visto subiendo al alto de Miracruz poco antes de las diez de la mañana, sin escatimar entrenamiento al aire libre cuando muchos habrían optado por el rodillo. Ayer, mientras, abortó ataques y arrancadas con la boca cerrada, en favor de un Jumbo Visma que ya avisó el año pasado en el falso llano de Erlaitz: al equipo neerlandés no le va a temblar el pulso a la hora de jugar tácticamente con la doble baza del nórdico y del propio Roglic.
¿Y los demás? En el Quick-Step han venido a Euskadi con espíritu guerrero. Además, si Alaphilippe no llega a sufrir una avería durante la contrarreloj inicial, estaría ahora mismo muy cerca del liderato. Pero tanto la del galo como la del ayer sufridor Evenepoel no parecen opciones tan sólidas en el largo plazo como la de Adam Yates. Apoyado en un Ineos muy poderoso, el británico, quinto en 2019 y cuarto en 2021, parece tener esta carrera entre ceja y ceja. Puestos a seguir con los recordatorios del año pasado, podría emular con Daniel Felipe Martínez a la dupla Pogacar-McNulty que tanto picante le dio a la Itzulia. Ojalá.