- A la espalda, el Atlántico, un océano bravo, mecía el baile de agonística alegría de Michael Woods, muy vivo en la Costa da Morte, el cementerio de tantos. En la fachada del Mirador de Ézaro, el cielo que pisó el canadiense por delante de Valverde para liderar O Gran Camiño, los marineros miraban al horizonte para encontrar una nube de vapor que se elevaba desde la mar. El río Xallas se desploma en cascada desde las alturas sobre el Atlántico. Del brutal choque entre las dos aguas, la dulce y la salada, surge una columna de agua que se eleva y puede verse desde kilómetros de distancia. ¡Tierra a la vista! La de Woods.
El Mirador de Ézaro es el observatorio de ese obelisco de agua, de ese faro mágico. Hipnótico y seductor, engaña. Cantos de sirena. Acceder a su belleza exige soportar un calvario. Antes de poder admirar la postal, los ciclista piden clemencia, encorvados, enroscados en el padecimiento, gateando en rampas locas del 30%. Cascada invertida. 1,8 kilómetros de penurias incluso en días soleados. Probablemente el aspecto de postal bucólica enfatiza la brutalidad de una subida tan bella como salvaje.
Sobre esa huella abrupta, Woods fue el más fuerte. Especialista en cimas angustiosas, tortuosas, como cuando ondeó en Oiz, -el canadiense que fue un gran atleta de 1.500 metros antes de asomarse al ciclismo debido a las lesiones- Woods astilló la resistencia de Valverde, el emblema del Movistar. Se encrespó Woods en la zona más exigente de la subida. El resto agachó la cabeza. El canadiense alcanzó la cumbre, que recordaba desde 2020, -Roglic se impuso en la crono de la Vuelta-, en solitario con una renta de 16 segundos sobre Valverde. “Hice esta subida en 2020 y sabía que era realmente dura. Por eso estoy feliz de haber ganado”, expuso Woods. El canadiense defenderá desde las alturas el liderato de la carrera gallega a la que le restan dos jornadas.
Al UAE Tour le queda el cierre, donde se supone que reinará Tadej Pogacar, líder sólido de la prueba. En la etapa de ayer venció Mathias Vacek, que remató la fuga en una jornada diseñada para el esprint. Pogacar piensa dar el golpe de gracia sobre la cima de Jebel Hafeet, que entronizará al campeón del UAE Tour. Otro esloveno, Primoz Roglic, el principal rival de Pogacar, inicia su curso en la Faun-Ardèche Classic de Francia. Será el primer día de competición para Roglic. Mañana estará en la salida de la Drome Classic. Entre las clásicas se abre paso la Omloop, primer punto de contacto con los adoquines y los clasicómanos. Van Aert, Pidcock, Asgreen, Stuyven Colbrelli o Sagan asoman.