Si algo hemos aprendido de las películas de romanos es que en Roma siempre luce un sol espléndido y se puede ir vestido todo el año con unas falditas y las piernas al aire. Un verano perpetuo. Por tanto, no le vemos tanto mérito al salto del italiano Marco Fois desde el Ponte Cavour para celebrar el Año Nuevo, porque es de suponer que en estas fechas las aguas del Tíber estarán templadas, acogedoras. Y que mentía internet al asegurar que en ese momento en Roma había solo 10 grados de temperatura...