En los límites, en esos no lugares que son las sensaciones epidérmicas, se cruzó la chapa de la parada al txoko de Unai Laso, que hubiese cerrado el partido, con el gancho furibundo de Erik Jaka que le hizo bramar una conquista estupenda en los estertores. 22-21 y un grito de liberación para él y para su zaguero, Jon Mariezkurrena, que encontraron una miga de esperanza después de la hiel de dos jornadas penando en el Parejas.

Vencieron por la mínima en un duelo espasmódico, jugado a pellizcos. Tacada a tacada. Taquicárdico el final, le faltó consistencia y relato al juego. Jaka, al que le entusiasma el riesgo, se abonó al remate acelerado. Es su forma de vivir en los cuadros alegres. Pura vida. Agobiado Ander Imaz cuando Mariezkurrena encontró el frontis, Jaka, afilado se lanzó a degüello. Esa valentía le sirvió para el alivio de luto en el Remontival de Lizarra.

En el amanecer, Laso e Imaz recibieron una tunda. Fue tan rápida que ni dolió. Jaka y Mariezkurrena tomaron una ventaja de 4-0 con apenas media docena de pelotazos. De Laso no hubo noticias hasta que se iluminó. Sonó el clic. Es un rayo. Una descarga eléctrica. Central de energía. El delantero, volcánico, agitó el frontón. Terremoto. Agarró por la pechera el partido y zarandeó a Mariezkurrena, que, de repente, era un laberinto. No tenía hilo que seguir. Laso le cortó la comunicación con Jaka, aislado. El delantero navarro asfixió a Mariezkurrena, incómodo, sin brújula. Laso no le dejó pensar.

En ese tramo, Laso, protagonista absoluto, devolvió un parcial de 0-9 entre el griterío y un bombo que tronaba en el Remontival. El corazón de Laso no precisa el repicar de una tambor que distorsionaba el ambiente. Ruido. La furia la puso Laso, mandón ante un Mariezkurrena que no era capaz de mantener el equilibrio. Jugaba apresurado para someter a Imaz. Con las prisas se le emborronó la hoja de servicios. Un pelotazo profundo del zaguero de Berriozar otorgó aire a Jaka, siempre peligroso. Atado al riesgo.

El de Lizartza se apuntó un gancho y un sotamano. Erraron después y Laso e Imaz alcanzaron una renta de cinco tantos: 12-7. De regreso a la cancha, al zaguero de Oiartzun padeció. Se apretó el duelo. Laso se quedó fuera de la ecuación. No tenía peso en el juego. Jaka y Mariezkurrena se pusieron por delante (15-14). El partido era una ruleta rusa de aciertos y errores.

El pleito se adentró en la zona emocional. Una gancho de Jaka que los jueces estimaron mala dio una exigua renta a Laso e Imaz. Respondió Mariezkurrena con un pelotazo. Laso se sumó a la fiesta y atacó con una volea y un gancho antes de estrellarse en la chapa. El chillido metálico de chismosa le borró la alegría. Se la dio a sus rivales. Vida para Jaka. Dos ganchos después, su grito eufórico lo confirmó. Este domingo, en Bilbao, Urrutikoetxea y Aranguren se medirán a Peña II y Albisu en el frontón Bizkaia. Los primeros llegan tras vencer en la jornada anterior del Parejas, mientras que los segundos buscan enderezarse tras la derrota del pasado fin de semana en el Labrit.