l final, el atletismo no ha salido mal parado de los primeros Juegos después de Usain Bolt. La combinación del nuevo material de las zapatillas y del tartán y el descaro de una generación de atletas ambiciosos ha dejado un gran espectáculo en el Estadio Olímpico de Tokio donde se han visto tres récords del mundo y muchas marcas de gran nivel que han dado por bien empleadas la espera de un año y todas las incertidumbres generadas por la pandemia. Los atletas, tanto los hombres como las mujeres, han dado lo mejor de sí en la gran cita olímpica, que es lo que esperan los aficionados de este deporte emblemático de los Juegos.

Las tres medallas de Elaine Thompson-Herah en la velocidad, las tres de Sifan Hassan en el medio fondo y el fondo o las dos que han permitido a Allyson Felix hacer historia al alcanzar las once en cinco Juegos tienen mucho mérito, pero han quedado casi en un segundo plano ante los dos récords del mundo de los 400 vallas a cargo de Karsten Warholm y Sydney McLaughlin o el que logró Yulimar Rojas en el triple salto. Los tres llegaron en los primeros días y, pese a la ausencia de público, parecieron generar una motivación añadida para todos los competidores que ofrecieron pruebas muy interesantes de cara al futuro.

Athing Mu, estadounidense de 19 años, salió de Tokio con dos oros en 800 y el relevo largo. Armand Duplantis, sueco de 22 años, se llevó el oro en la pértiga y rozó el récord del mundo. Jakob Ingebritsen, noruego de 20 años, se impuso en los 1.500 metros con una marca por debajo de 3.30. Selemon Barega, etíope de 21 años, ganó los 10.000 metros. Neeraj Chopra, indio de 23 años, fue campeón en el lanzamiento de jabalina. Estos y otros nombres ganadores en torno a los 24 o 25 años anuncian que en París estarán en plena madurez y con todas las opciones de volver a repetir, al menos, en el podio.

43 países distintos se han repartido las 144 medallas del atletismo y quien más ha acusado la ausencia de Bolt ha sido la propia Jamaica que no ha logrado ni una plaza entre los tres primeros en las tres pruebas masculinas de velocidad en liso: 100, 200 y 4x100. Los dos oros de Italia en el hectómetro y el relevo corto han supuesto sendas sorpresas y abren un nuevo escenario para este próximo ciclo olímpico porque Estados Unidos tampoco ha ganado ninguna carrera individual más allá de la de McLaughlin. España regresa con solo una medalla, el bronce de Ana Peleteiro en el triple salto, pero varios puestos de honor esperanzadores como los tres cuartos en la marcha, el cuarto de Eusebio Cáceres en el salto de longitud y, sobre todo, el sexto de Asier Martínez en los 110 vallas en su debut al más alto nivel.

Segundo oro seguido. Eliud Kipchoge cumplió el pronóstico y se confirmó como uno de los grandes del maratón de siempre al lograr su segundo oro consecutivo en unos Juegos, lo mismo que hizo Abebe Bikila también en Tokio en 1964. El keniano manejó la carrera como quiso, no buscó más rivales a su lado que él mismo y aventajó en la meta en casi un minuto y medio al holandés Abdi Nageeye y al belga Bashir Abdi. El español Ayad Lamdassem concluyó quinto, a 16 segundos del podio. El dominio de Kipchoge se extiende más allá del contexto olímpico ya que solo ha dejado de ganar dos de los diecisiete maratones que ha corrido desde 2008, además de ser el actual plusmarquista mundial.

Quien más ha acusado la ausencia de Usain Bolt ha sido la propia Jamaica, que no ha pisado el podio en la velocidad masculina