spaña y Brasil, las dos selecciones que de antemano más papeletas tenían para hacerse con la medalla de oro en el campeonato de fútbol masculino que toca hoy a su fin en los Juegos Olímpicos de Tokio, miden sus fuerzas a partir de las 13.30 horas en una final soñada. El Estadio Internacional de Yokohama será el escenario en el que el combinado estatal y la canarinha, que defiende el oro que hizo suyo en 2016 en Río de Janeiro, intentarán cantar bingo en un torneo en el que, lejos de tener un camino de rosas, se han visto abocados a sudar de lo lindo. El cuadro dirigido por Luis de la Fuente, que vuelve a figurar en una final olímpica veintiún años después con el objetivo de repetir el éxito cosechado en Barcelona 1992, cuando logró su única medalla de oro hasta la fecha, saltará al verde con el rojiblanco Unai Simón bajo palos.
El murgiarra, fijo para un seleccionador con pasado en el Athletic como jugador, entrenador de las categorías inferiores y delegado del primer equipo, solo ha encajado tres goles en los cinco partidos que ha disputado en Japón, donde ha dejado su portería a cero en tres ocasiones a la espera de repetir fortuna en la gran cita frente a Brasil. Argentina, en el empate a uno registrado en la última jornada de la fase de grupos, y Costa de Marfil en unos cuartos de final que superó España en la prórroga por 5-2, han sido los dos únicos rivales capaces de superar al guardameta del Athletic, que persigue el oro que ya consiguió veintinueve años atrás David Billabona bajo la condición de león. En Sídney 2000, por su parte, los rojiblancos Dani Aranzubia y Jesús Mari Lacruz tuvieron que conformarse con la plata al ceder en la final contra la Camerún de Samuel Eto’o en la tanda de penaltis.
Hoy, en Yokohama, otro ilustre futbolista amenaza la ansiada conquista de la selección estatal. Se trata del incombustible Dani Alves, quien a sus 38 años ejerce como capitán y líder natural de Brasil con el reto de sumar su cuadragésimo sexto título como profesional. En su palmarés, brillante, figuran tres entorchados con Bahía, cinco con el Sevilla, veintitrés con el Barcelona, dos con la Juventus, seis con el PSG, uno con Sao Paulo y cinco con Brasil, a la que comanda también en el aspecto moral consciente de que “nos falta un partido, que es la final, es el último paso y tenemos que mantener la concentración y el enfoque, porque es muy difícil ganar los partidos enfrentando a rivales tan diferentes y esto exige un nivel de adaptación muy grande”.
Los brasileños, no obstante, han alcanzado la final con las mismas dudas futbolísticas que ha dejado España, pues si en la prórroga y sin brillo se impusieron los de Luis de la Fuente a Japón (0-1) en semifinales, en los penaltis superó la canarinha a México tras sufrir también sobremanera en cuartos para doblegar a Egipto (1-0).
Unos y otros, a pesar de liderar sus respectivos grupos en la fase inicial, llegan por tanto con una importante carga de sufrimiento a una final en la que el seleccionador de España tiene claro que “rendiremos más si la vivimos sin presión”. “Es el momento de disfrutar de esta oportunidad que nos da el fútbol en un acontecimiento único. Hemos trabajado mucho para llegar hasta aquí y todos los jugadores están en óptima disposición para poder competir al máximo”, advirtió ayer Luis de la Fuente, quien aseguró en relación al portero del Athletic que “somos unos privilegiados por contar con un portero como Unai Simón, porque además de un grandísimo portero es una gran persona”.