deiJainaga (Eibar, 1997) debuta en unos Juegos en Tokio. Es la primera vez que su imponente figura, de 1,95 metros de altura, se paseará por la villa olímpica y es la primera vez que su jabalina volará por el cielo que calienta el pebetero. Sin embargo, el deportista de Basque Team no acude a la competición nipona con sus mejores sensaciones. Una lesión de hombro se lo impide porque sabe que, justo cuando medio mundo le estará observando, el deterioro de esta articulación le negará mostrar su mejor versión: “En las últimas competiciones he tenido que lanzar forzado, con anestesia e infiltrado. Mi hombro no está perfecto, he intentado fortalecerlo antes de los Juegos para mejorar la lesión; pero creo que tras Tokio tendrá que ir a doctores”. Con todo, Jainaga saca una sonrisa al decir que “aunque llevo arrastrando esta lesión durante bastante tiempo, he sido lo suficientemente bueno como para lograr ir a los Juegos”. Y es que, aunque el eibartarra no consiguió la mínima para acceder a la cita nipona, se quedó a escasos 20 centímetros, sí logró el pase a través del ranking internacional; por lo que se encuentra muy satisfecho.
Así, Jainaga se presenta en sus primeros Juegos (mañana, 2.05 horas) tras un ciclo olímpico en el que, a pesar de su hombro, ha ido de menos a más. Creciendo a pasos agigantados. De esta forma, en 2018 se presentó al mundo del atletismo con una marca de 80,64 metros, que derribó el récord de España que desde 2003 estaba en manos de Gustavo Dacal y se situó en lo más alto de la clasificación estatal. Cierto es que un año después, Manu Quijera mejoró el registro del eibartarra, pero el de Basque Team recuperó su estatus con un lanzamiento de 81,90 metros, superando los 81,31 de Quijera. Con todo, la progresión de Jainaga no se quedó ahí. A pesar de no encontrar rival en el panorama estatal, comenzó a competir contra sí mismo. Contra su mejor versión. En el campeonato de Europa disputado en Split este mismo año, el lanzador llegó hasta los 84,80 metros. Una marca con la que espera pasar a la final de Tokio. “Con esta lesión de hombro he podido lanzar más de 80 metros, entonces si paso a la final sería espectacular para mí. Pero una vez hechos los primeros lanzamientos, el hombro estará colgando, así que estará difícil lanzar dos días después si consigo pasar de ronda”, admite Jainaga. Por ello, además de los propósitos deportivos, el eibartarra llega a Tokio con el objetivo de “disfrutar de la experiencia, estar con gente muy buena y estar con atletas a los que no he visto en años”.
El de Basque Team se ha acostumbrado a que haya expectación cada vez que lanza una jabalina. Por ello, estar en unos Juegos no es algo que le pille de sorpresa. Sino que lo buscó durante todo el ciclo. Era su objetivo. Su meta: “Tokio ha sido el objetivo desde el principio porque el año pasado ya tuve resultados muy buenos, aunque no valieran para nada. Es cierto que en invierno tuve un pequeño bache por un dolor lumbar que me dejó tieso y en verano he tenido otras lesiones que me han dificultado mucho el trayecto, pero al final conseguí estar en los Juegos”.
La afición de Jainaga por la jabalina es algo que le viene de familia. De hecho, su madre, Cristina Larrea, fue campeona estatal en el 92, 93 y 94. Por lo que era cuestión de tiempo que el eibartarra se decantara por esta disciplina. Sin embargo, el de Basque Team ha sido todo un atleta mutidisciplinar. Un hombre del Renacimiento. Y es que practicó todo tipo de deportes: natación, fútbol, pelota, tenis, balonmano... e incluso kung-fu. Hasta que el atletismo se cruzó en su vida. Sin embargo, aunque ahí centró su vida, todavía le costó varios años más decantarse por su modalidad puesto que antes probó todas las posibles: salto de longitud, triple salto, lanzamiento de disco... “Siempre pienso que podía haber jugado al fútbol o al tenis, que ahí se mueve mucho dinero, porque creo que también hubiera sido bueno en otros deportes. Pero la jabalina me gusta y ahora que estoy en Tokio no me arrepiento de haber escogido este camino”, bromea.
“Si paso a la final sería espectacular para mí, pero mi objetivo es disfrutar de la experiencia”
“En las últimas competiciones he tenido que lanzar forzado, con anestesia e infiltrado”
Atleta de Basque Team