El francés Esteban Ocon (Alpine) ganó el Gran Premio de Hungría, el undécimo del año, en el que el séptuple campeón del mundo inglés Lewis Hamilton (Mercedes), tercero este domingo, recuperó -dos meses y seis carreras después- el liderato del Mundial de Fórmula Uno. Tras una loca, accidentada y apasionante carrera, la última antes del parón vacacional, que el holandés Max Verstappen (Red Bull) sólo pudo acabar en décima posición.

Ocon, nacido hace 24 años en Evreux, festejó su primer triunfo en la F1 en el Hungaroring, la pista de las afueras de Budapest, donde el alemán Sebastian Vettel (Aston Martin) acabó segundo una prueba en la que los españoles Carlos Sainz (Ferrari) y Fernando Alonso, compañero del ganador y 'Piloto del Día', completaron una gigantesca actuación para acabar cuarto y quinto, respectivamente. Y de la que se retiró, a las primeras de cambio, el mexicano Sergio Pérez (Red Bull), al verse involucrado en el accidente inicial que también perjudicó notablemente a su estelar compañero neerlandés.

Después de su victoria de hace dos semanas en Silverstone y tras acabar tercero este domingo, Hamilton, que a los 36 años busca un inédito octavo título en la categoría reina, ha tomado el liderato del campeonato. Con 192 puntos, seis más que Verstappen, de 23; cuyo equipo, Red Bull, también ha tenido que cederle el primer puesto del Mundial a Mercedes: ganadora de los siete últimos y que comanda con 300 unidades, diez más que la escudería austriaca.

La jornada fue alocada desde el principio y derivó en una carrera emocionante y con un resultado inesperado. Llovió por la mañana en Budapest; y lo hizo de nuevo antes de la prueba, por lo que todas las estrategias previstas se fueron por completo al traste.

Los Mercedes, que copaban la primera fila, con Hamilton en 'pole', hubiesen salido en seco con neumático de compuesto medio (el usado en la Q2, la segunda ronda de la calificación); mientras que los Red Bull, en la segunda hilera -con Verstappen tercero, delante de 'Checo'- lo hubiesen hecho con blandos, como el resto de los primeros diez en parrilla.

Pero se decretó, obviamente, carrera en mojado. Lo que, sobre el papel, aumentaba la posibilidad de sorpresa que pudiera favorecer a los españoles Alonso -noveno en parrilla- y Sainz -decimoquinto, tras accidentarse en la Q2-. Que, obviamente, no desaprovecharon su oportunidad, tras una salida accidentada que todos afrontaron con el neumático intermedio.

En la primera curva se produjo el accidente que marcó, en gran medida, el posterior desenlace de una carrera en la que los Alpha Tauri acabaron festejando el sexto y el séptimo puesto del francés Pierre Gasly (con vuelta rápida) y del japonés Yuki Tsunoda; y los Williams sumaron sus primeros puntos al acabar octavo el canadiense Nicholas Latifi y noveno el inglés George Russell.

El finlandés Valtteri Bottas, compañero de Hamilton, que salía segundo, fue señalado como principal responsable del caos que se produjo a las primeras de cambio y que derivó en bandera roja, tras el accidente en la primera curva que causó, aparte de la suya, las retiradas de 'Checo' y del monegasco Charles Leclerc (Ferrari). El inglés Lando Norris (McLaren), que aún así conservó la tercera plaza del Mundial (113 puntos) y el canadiense Lance Stroll (Aston Martin), también comenzaron sus vacaciones antes de la previsto.

Ocon, que salía octavo, pasó a ser segundo; Vettel subió del décimo al tercero; y Sainz, que había arrancado decimoquinto -tras estrellarse el sábado en la Q2- era cuarto. Alonso, noveno en parrilla, afrontó la re-salida desde la séptima posición; seis puestos por delante de Verstappen, con su Red Bull dañado.

La locura alcanzó su grado máximo cuando, tras la vuelta de formación, con la pista seca, todos entraron a boxes -a instalar el compuesto medio- salvo Hamilton, que fue el único en tomar la re-salida desde la parrilla. En una imagen única en la historia de la F1: que resultó un gran error y le costó regresar a pista, tras parar un giro más tarde, para quitar intermedio, en última posición.

Ocon se convirtió en inesperado líder, por delante de Vettel y de Latifi, tercero con un Williams. Tsunoda era cuarto, por delante de los españoles: con Sainz quinto y Alonso sexto. Verstappen, undécimo y Hamilton último: es decir, decimocuarto, tras las seis retiradas -a las anteriores se sumó la del ruso Nikita Mazepin (Haas)-.

Quien hubiese encendido la tele en esos momentos no daría crédito a lo que veía. Pero acabaría disfrutando de una gran carrera.

El ritmo lento de Latifi, que taponaba desde la tercera plaza al resto, en una pista en la que, sobre el papel, es casi imposible adelantar, benefició a Ocon y a Vettel.

En la vigésima de las 70 vueltas, Hamilton instaló neumático duro con la equivocada idea de aguantar hasta el final; operación que repitió un giro después Verstappen, que en la reorganización no entró en pista por delante del inglés. Después de que ambos tuvieran que protagonizaran inusuales escenas adelantando al Haas del alemán Mick Schumacher.

Al parar Latifi, en la 24, Sainz era tercero y Alonso, cuarto. Y cuatro giros después, Hamilton -que al igual que Tsunoda aspiraba al podio de Carlos- ya era séptimo; cinco puestos delante de la joven estrella holandesa. Que sumó cero tras el accidente de Silverstone del que responsabilizó a 'Sir Lewis'; al que este domingo, tras añadir un solo punto, le tuvo que devolver el bastón de mando.

En la 32, en la que paro Sainz -a duros- el astro inglés era quinto, después de deshacerse de Tsunoda. Ocon y Vettel rodaban sin problemas por delante; y el podio parecía en juego entre Hamilton y los dos españoles, con mejores cartas para el de Ferrari, porque Alonso aún tendría que parar.

Vettel paró en la 37 para intentar hacerle un 'undercut' a Ocon, que paró acto seguido para evitarlo, por lo que Alonso llegó a liderar la prueba en la 38. 'Seb', con neumático más caliente, lo intentó al regresar a pista; pero el francés se defendió y mantuvo la primera plaza. No cometió errores y se convirtió en el ganador número 111 de toda la historia de la F1. Un triunfo que agradeció en gran parte a su compañero el doble campeón mundial español.

Fernando paró en la 40 y, desde la quinta plaza, comenzó a marcar vueltas rápidas con neumático duro, al tiempo que Carlos volaba acercándose al dúo de cabeza y, a la vez, contenía a Hamilton. Que, con neumático desgastado, cambió de nuevo las gomas -a medio- en la 48 y entró de nuevo como una exhalación en pista, recortando dos segundos al de Oviedo en su primera vuelta.

El final se prometía emocionante; y a 18 para meta hubo dura pugna española por el tercer puesto, con Fernando atacando a Carlos y Hamilton volando por detrás y optando de nuevo al liderato del Mundial, cuando 'Mad Max' aún rodaba fuera de puntos.

Hamilton se topó durante más de diez vueltas con el genial piloto asturiano, que defendía su posición con maestría, protegiendo a la vez el primer puesto de su escudería y -de forma indirecta- el del posible podio de su compatriota Sainz. Que completó otra sensacional actuación que lo pudo haber dejado más arriba, pero que se conformó con el cuarto puesto final.

Verstappen no entró en zona de puntos hasta la 61, al rebasar al australiano Daniel Ricciardo (McLaren). Y, a falta de 5 para meta, al fin Hamilton logró pasar a Alonso; tras otra exhibición del genio astur, elegido 'Piloto del Día' en la pista en la que, en 2003 logró la primera de sus 32 victorias -las 32 que cuenta España a lo largo de toda su historia en la F1- y en la que el jueves había festejado su 40 cumpleaños. Demostrando una vez más que "en el automovilismo lo que realmente importa es el cronómetro, no la edad", tal y como declaró en una entrevista con Efe durante el Gran Premio de Austria.

Hamilton se lanzó a por Carlos, al que superó dos más adelante, y acabó extenuado una carrera en la que él y Mercedes tomaron el mando en ambos campeonatos. Un liderato que apenas pudo celebrar el inglés. La fiesta grande estaba en otro sitio: en Alpine, lo que antes era Renault; que tras el triunfo de Ocon y el quinto de Alonso -que acabaron fundidos en un emotivo abrazo- pasó a encabezar la zona media, ascendiendo al quinto puesto en el Mundial de constructores.